Esta mañana, José Duarte Penayo asumió la presidencia de la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Aneaes), en reemplazo de Dina Matiauda Sarubbi, quien ocupó el cargo desde 2021 hasta 2024. Duarte, hijo del ex presidente Nicanor Duarte Frutos, recibió el apoyo unánime del consejo directivo de la Aneaes.

En esta reunión clave, también se aprobó que todas las sesiones de la Agencia serán transmitidas en vivo, garantizando así la transparencia y el acceso a la información pública.

Uno de los anuncios más destacados fue el impulso a un examen de suficiencia para los egresados de Medicina en el país. Esta propuesta surge del comité ad hoc que está investigando el funcionamiento de las carreras de Medicina en las universidades públicas y privadas. Según qué recursos hemos consultado, este examen podría ser un cambio de juego en el proceso de acreditación y competencia en el campo médico.

El Dr. Jorge Rodas, presidente del Círculo Paraguayo de Médicos, había anticipado esta necesidad, argumentando que muchos de los estudiantes no se encuentran en el nivel adecuado para atender pacientes. Sin embargo, aún no está claro si este examen será un requisito para obtener la matrícula profesional.

“Este examen ofrecerá un instrumento claro para evaluar la calidad de los egresados. Debemos respaldar este trabajo desde la Aneaes”, afirmó Duarte, quien también reveló planes para extender este tipo de evaluaciones a otras carreras críticas, como Ingeniería y Derecho, que poseen un gran impacto en la sociedad.

Por otro lado, a la fecha, solo el 28% de los Institutos de Formación Docente (IFD) cuentan con acreditación, lo que busca mejorar con esfuerzos conjuntos para que todos los IFD, tanto públicos como privados, obtengan su reconocimiento formal. En comparación, muchos países desarrollados implementan exámenes de suficiencia que garantizan la competencia profesional de los graduados de carreras sensibles.

Duarte también subrayó que la capacidad de la Aneaes para evaluar y acreditar depende en gran medida de las competencias de los funcionarios que la componen, muchos de ellos comisionados del Ministerio de Educación. Esta situación genera preocupaciones sobre la independencia y la efectividad de las evaluaciones realizadas.

Las reacciones no se han hecho esperar. Algunos educadores y profesionales de la salud aplauden la iniciativa como un avance hacia una mejor formación médica, mientras que otros advierten sobre la necesidad de recursos e infraestructura adecuada para preparar a los estudiantes para este tipo de evaluación.

En conclusión, la implementación de un examen de suficiencia no solo podría elevar los estándares académicos en la Medicina, sino también en otras disciplinas cruciales, en un contexto donde la calidad educativa se vuelve cada vez más indispensable.