"La historia de Luis Riera: Un cirujano cuya vida estuvo marcada por la medicina y su legado familiar"
2024-12-22
Autor: Camila
Luis Riera Lavilla, nacido en Oviedo el 3 de septiembre de 1954, recientemente se jubiló el pasado 1 de octubre como un hombre feliz y realizado, rodeado de cinco nietos: Martín, Jimena, Luis, Gonzalo y Lucía. Con dos terrenos llenos de frutales que cuida en Roces y Llanes, Luis también se dedica a ensayar con el coro del Colegio de Médicos y a sus clases de inglés.
Hijo del abogado y primer alcalde democrático de Oviedo, Luis Riera Posada, y de María Lavilla, Luis ha tenido una carrera destacada como cirujano digestivo en diferentes instituciones de salud: el Hospital General (público), el Hospital de Jove (concertado) y el Centro Médico (privado), donde trabajó durante 31 años, alcanzando la jefatura del servicio. Casado con Magdalena Álvarez, su familia cuenta con un hijo traumatólogo que ha seguido sus pasos en el campo de la medicina y una hija que se dedica a la enseñanza.
Desde pequeño, Luis tuvo una infancia privilegiada. Creció en un hogar que fomentaba la tolerancia y la amistad con todos, influenciado por un padre muy sociable y una madre altruista que contribuyó activamente en organizaciones como Manos Unidas. Su amor por el baloncesto y la naturaleza lo llevaron a practicar deportes y escapadas al monte desde joven, actividades que llenaron su infancia de experiencias memorables.
En sus años de adolescencia, estudió en el Instituto Alfonso II, donde aprendió de grandes maestros y también formó un grupo musical. La influencia de su familia y sus amistades lo llevaron a estudiar medicina, un camino que comenzó en 1971, un tiempo en el que la facultad de medicina de Oviedo estaba en sus inicios.
Luces y sombras de la medicina rural marcaron el inicio de su carrera profesional en Boal, donde tuvo que adaptarse a un entorno diferente y aprender a comunicarse con pacientes que nunca habían tenido acceso a la seguridad social. A pesar de los desafíos, Luis disfrutó de la diversidad y la cercanía de la práctica médica rural, lo que le proporcionó una experiencia invaluable.
Más tarde, se trasladó a Llanes, un lugar que siempre había sido especial para él. El aumento en la población durante el verano lo convirtió en el escenario de su arduo trabajo, lleno de emoción y algunos retos. En este entorno, conoció a su futura esposa y encontraron la comunidad que les apoyó en sus vidas.
La carrera de Luis fue marcada por la lucha por mejorar las condiciones laborales. Como parte del sindicato en Jove, lideró una huelga que buscaba mejores salarios y condiciones de trabajo, un esfuerzo que sentó precedentes para sus colegas en el sistema sanitario.
Con el tiempo, Luis se mudó al Centro Médico, donde se especializó en técnicas modernas de cirugía menos invasivas, como la laparoscopia, que revolucionaron su enfoque en las operaciones. A pesar del ritmo exigente de su vida laboral, Luis siempre se esforzó por equilibrar su trabajo con su vida familiar, una lección que ahora comparte con su hijo, quien también se ha unido al mundo médico.
Ahora, en su jubilación, Luis disfruta del amor de su familia, la tranquilidad de sus terrenos y de nuevos desafíos, como mejorar su inglés y seguir participando en actividades comunitarias. Reflexiona sobre su trayectoria profesional con orgullo, reconociendo lo afortunado que ha sido de haber trabajado en un campo que le apasiona y que ha marcado la vida de tantas personas a su alrededor. Su historia, llena de dedicación y amor por la medicina, sigue inspirando a quienes lo conocen.