Un tenso episodio marcó la visita del presidente de Francia, Emmanuel Macron, al archipiélago de Mayotte, que sufrió la devastación del ciclón Chido el pasado fin de semana. Durante su estancia, el líder francés se encontró cara a cara con la angustia y la frustración de los residentes locales, conocidos como mahorais, quienes expresaron su descontento con la situación actual. Macron, en un intento de justificar la respuesta del gobierno, aseguró que si no estuvieran en Francia, las circunstancias serían mucho peores, afirmando que estarían "10.000 veces más en la mierda".

Mayotte, ubicada en el Océano Índico, fue golpeada por la tormenta más destructiva en casi un siglo. Durante su visita, Macron decidió quedarse a pasar la noche en la isla, explicando que era un acto de respeto hacia los afectados. Sin embargo, muchos habitantes no compartían ese sentimiento, ya que la desesperación por la falta de ayuda se intensificó, y algunos incluso le gritaron pidiendo su renuncia.

Las reacciones fueron intensas; al enfrentarse con la multitud, Macron no pudo contener su frustración y declaró: "¡No soy yo el ciclón! ¡No soy responsable!". Sin embargo, después de esto, no proporcionó detalles concretos sobre las acciones que se tomarían para ayudar a los damnificados. A pesar de su afirmación de que Francia estaba haciendo más que ningún otro país en el Océano Índico, los críticos cuestionaron la efectividad y la rapidez de la respuesta del gobierno.

Las cifras preliminares indican al menos 31 muertes y aproximadamente 2.500 heridos como resultado del ciclón. Macron reconoció que es probable que el número de víctimas aumente, ya que se han lanzado misiones para contabilizar los daños y ayudar a las personas afectadas. Además, ha habido alrededor de un centenar de evacuaciones médicas desde la llegada del ciclón.

El presidente también se comprometió a enviar 1.200 miembros de las fuerzas de seguridad desde la metrópoli francesa para prevenir actos de vandalismo y garantizar el orden. Además, se espera la restauración de las telecomunicaciones utilizando tecnología satelital para conectar las áreas más afectadas.

Por otro lado, es importante destacar que cerca de la mitad de los 320.000 habitantes de Mayotte son inmigrantes irregulares, lo que agrega una capa de complejidad a la distribución de la ayuda. Sin embargo, Macron subrayó la necesidad de no hacer distinciones en la asistencia ofrecida.

El ciclón Chido también azotó a Mozambique el mismo fin de semana, donde al menos 73 personas perdieron la vida, lo que refleja la magnitud del desastre que ha impactado en varias naciones del sur de África. La situación en Mayotte es crítica, y los residentes esperan respuestas más rápidas y efectivas por parte del gobierno francés para comenzar la reconstrucción de su hogar.