Mario Kreutzberger, conocido como don Francisco, ha dado una importante entrevista en el marco de la celebración del 80 aniversario del Hogar de Cristo, una organización que ha marcado una diferencia significativa en la vida de muchas personas en Chile. El Hogar de Cristo fue fundado en 1940, y se ha dedicado a la atención de los más vulnerables, especialmente niños, a lo largo de las décadas.

Kreutzberger, quien nació en 1940 y está cerca de cumplir 84 años, reflexiona sobre los grandes cambios que ha vivido el país en términos de pobreza, inclusión y migración. A lo largo de su vida, ha sido testigo de cómo las percepciones sobre la pobreza han evolucionado. "Soy del tiempo en que la pobreza se podía oler”, menciona, evocando un pasado donde la escasez era más palpable y visible, a diferencia de la actualidad donde muchos podrían no reconocer la pobreza en la vida diaria.

Una de las iniciativas más notables que impulsó fue la Teletón, un evento de recaudación de fondos que se ha convertido en un símbolo de la solidaridad chilena. La primera Teletón se realizó en 1978, logrando recaudar inicialmente 2.5 millones de dólares. Kreutzberger comenta con orgullo que, aunque se han dado pasos significativos en términos de infraestructura y servicios para las personas con discapacidad, como la creación de 14 institutos de rehabilitación en el país, el verdadero impacto radica en haber dado visibilidad a 3.8 millones de personas que viven con alguna discapacidad.

Sin embargo, también expresa su preocupación por el retroceso en la educación pública y el crecimiento de la pobreza, que actualmente afecta en gran medida a los migrantes. "Chile ha cambiado, pero hay retos que debemos enfrentar", dice. En su opinión, la migración en sí no debería ser vista como un problema negativo; sin embargo, la falta de control puede dar pie a situaciones de criminalidad que alimentan el miedo y la xenofobia en la sociedad.

Kreutzberger también destaca que, a pesar de los desafíos, ve un horizonte prometedor en el futuro. Asegura que los hijos de los más de 2 millones de migrantes que residen en Chile podrían representar una valiosa contribución al mercado laboral, ayudando a contrarrestar la baja tasa de natalidad entre los chilenos.

Al finalizar la entrevista, don Francisco hace un llamado a seguir trabajando en iniciativas que promuevan la inclusión y mitiguen la pobreza, enfatizando que aunque hemos avanzado, todavía hay mucho por hacer. Su visión y compromiso con la comunidad continúan siendo fuente de inspiración para muchos en el país.