El reconocido actor chileno Francisco Melo, conocido como Pancho, ha hablado abiertamente sobre su desánimo con la política y el apoyo a la cultura en Chile. En una reciente entrevista, Melo expresó que su única sensación en este momento es la "esperanza". Esto se produce justo antes del estreno de su nueva película, "Oro Amargo", que ha sido aclamada en Europa, Asia y África y que se presentará oficialmente en el 6° Festival de Cine de Ñuble el próximo 14 de enero.

La película, protagonizada y producida por Melo, es un proyecto al que ha dedicado esfuerzos "sobrehumanos". Sin embargo, a medida que se acerca la fecha de su estreno, el actor reflexiona sobre el apoyo que ha recibido la cultura por parte del actual Gobierno de Gabriel Boric. Aunque Melo había manifestado anteriormente que la administración de Boric tenía "una deuda" con la cultura, hoy opta por una crítica más "constructiva", aceptando las "contingencias" que han afectado al país.

"Desde mi perspectiva, no he notado cambios significativos en los aportes del Gobierno hacia la cultura en estos últimos tres años", comenta. A pesar de la promesa de un Gobierno cercano al mundo cultural, Melo considera que la situación actual ha resultado en un "status quo" donde los artistas deben luchar diariamente por obtener apoyo, ya sea del sector público o privado.

Melo también analizó las dificultades que enfrenta el Gobierno, apuntando que, si bien existían aspiraciones y compromisos, la realidad ha sido más difícil de lo esperado. Las prioridades han estado enfocadas en otras áreas, dejando el arte y la cultura en un segundo plano. "Como ciudadanos, debemos enfrentarnos a la cruda realidad: las necesidades inmediatas como pagar cuentas y comprar alimentos suelen primar sobre el disfrute de las artes", declaró.

Con las elecciones a la vista y un panorama político incierto, preguntamos a Pancho sobre sus expectativas para el futuro. "Estoy un poco sorprendido con la forma en que opera la política hoy en día, así que no me atrevería a hacer proyecciones concretas; solo tengo esperanza", afirmó. Aunque se siente afortunado de tener trabajo como actor, reconoce que muchos de sus colegas enfrentan situaciones económicas difíciles. Esto plantea el dilema de cómo los artistas pueden continuar creando en un entorno que no siempre les apoya.

En resumen, Pancho Melo es un claro ejemplo de un artista que, a pesar de los desafíos, continúa luchando por su pasión y por una mejora en las políticas culturales en Chile. Sin embargo, su desencanto con la clase política es evidente: "Puedo tener esperanzas, pero la complejidad de la política es difícil de manejar para el ciudadano común. No hay duda de que necesitamos cambios significativos en la forma en que se aborda la cultura en este país".