En una conmovedora conversación con Eduardo de la Iglesia en el programa "Todo va a estar bien", el astrólogo Pedro Engel se abrió sobre temas profundos, incluyendo la muerte y el suicidio, a raíz de su propia experiencia personal.

La conversación comenzó cuando Engel compartió recuerdos de su infancia, específicamente sobre Violeta Parra, una de las figuras más emblemáticas de la música chilena, de quien fue vecino. Recordó vívidamente el trágico momento en 1967 cuando escuchó el disparo que le quitó la vida a la cantautora. "Ese disparo todavía resuena en mi corazón… nos quedamos calladitos y nos fuimos, no más", relató.

Sin embargo, la conversación tomó un giro más personal cuando Engel mencionó el suicidio de Alicia Izak, la madre de sus cuatro hijos. A los 15 años, él ya vivía con ella, y su dolorosa muerte a los 29 años dejó una profunda huella en su vida.

"La mamá de mis hijos también se suicidó. Siempre se busca culpables o se pregunta por qué lo hizo. Yo creo que el suicidio es un destino, no una elección de alguien enfermo o que ya no pueda más. Es parte del destino", explicó Engel con una sinceridad desgarradora.

Él se convierte en un defensor de quienes enfrentan esta lucha, cuestionando la estigmatización en torno a la muerte por suicidio. "Aún en los cementerios, existe un tabú sobre el suicidio. Yo digo: 'La muerte es una sola. Puedes morir de muchas formas, no necesita llevar apellidos'. Tengo un profundo respeto por los suicidas", añadió.

Como padre soltero, Engel abordó la muerte con sus hijos desde una edad temprana, buscando desmitificarla. "La mamá de mis hijos murió muy joven y me quedé con mis niños. Siempre les hablé sobre la muerte. Uno de ellos incluso formó un movimiento llamado 'Morir con dignidad'", reveló.

La reflexión de Engel se centra en la idea de que no hay que ver la muerte como un evento trágico o aterrador. "Todos le tenemos miedo a la muerte, pero pienso que honrar la vida también significa honrar la muerte y estar preparados para ello. La muerte no debe ser un secreto", concluyó.

En un mundo donde el suicidio sigue siendo un tema tabú, las palabras de Engel resuenan como un llamado a la compasión y a la comprensión. La conversación sobre la salud mental y el suicidio es más necesaria que nunca, y personas como Engel nos invitan a abrir los ojos y el corazón ante esta realidad.