(EFE) – Este sábado, Rusia emitió una enérgica condena al 'asesinato político' del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, ocurrido en el Líbano, responsabilizando a Israel de esta escalofriante acción que, según Moscú, podría desencadenar 'consecuencias dramáticas' para el Líbano y toda la región de Oriente Medio.

El Ministerio de Exteriores ruso declaró: 'Condenamos enérgicamente otro asesinato político perpetrado por Israel', añadiendo que tal acto representa un peligro inminente no solo para el Líbano, sino para todos los países en el entorno regional conflictivo.

La declaración subrayó que Israel era perfectamente consciente de los potenciales riesgos asociados con sus acciones, pero decidió actuar de todos modos, resultando en la muerte de ciudadanos libaneses, un hecho que, según Moscú, casi inevitablemente provocará un nuevo estallido de violencia en la región.

Además, desde Rusia afirmaron que Israel 'asume toda la responsabilidad por la escalada posterior'. En este contexto, hicieron un llamado urgente a Tel Aviv para cesar de inmediato cualquier hostilidad, argumento que, de ser acogido, podría contribuir a detener el derramamiento de sangre y facilitar un clima propicio para un acuerdo político y diplomático duradero.

La noticia ha generado reacciones en cadena en el mundo árabe, donde Hamas también expresó su pesar por la muerte de Nasrallah, condenando lo que consideran una 'agresión bárbara' por parte de Israel. La creciente tensión en el Líbano plantea serios interrogantes sobre la estabilidad en la región y cómo las potencias extranjeras, incluidos Estados Unidos y Rusia, influirán en el desarrollo de los próximos acontecimientos.

Las repercusiones del asesinato de Nasrallah podrían hacerse sentir más allá de las fronteras del Líbano, incrementando el riesgo de un nuevo conflicto armado. ¿Estamos ante el inicio de una nueva ola de violencia que podría abarcar toda Oriente Medio? Solo el tiempo lo dirá.