Este lunes, TikTok y su empresa matriz, ByteDance, han decidido llevar su lucha a un nuevo nivel al solicitar la intervención de la Corte Suprema de Estados Unidos. El objetivo es bloquear temporalmente una ley que podría resultar en la prohibición de la popular aplicación en todo el país.

Esta medida legal de emergencia busca frenar de inmediato la inminente prohibición de TikTok, mientras la compañía apela un fallo de un tribunal inferior que validó esta controversia legislativa.

La red social, que cuenta con alrededor de 170 millones de usuarios estadounidenses, argumenta que la legislación impugnada infringe las protecciones de la libertad de expresión consagradas en la Primera Enmienda de la Constitución. En un comunicado, TikTok señala: “La Corte Suprema tiene un historial de defender el derecho de los estadounidenses a hablar libremente. Ahora, pedimos que la Corte aplique el más estricto escrutinio a las prohibiciones que amenazan nuestra libertad de expresión, concluyendo que son una violación clara de la Primera Enmienda.”

La prohibición, programada para entrar en vigor el 19 de enero de 2025, podría acarrear consecuencias devastadoras, incluyendo la censura masiva de millones de estadounidenses. Se estima que pequeñas empresas que utilizan TikTok podrían perder más de mil millones de dólares en ingresos, mientras que los creadores de contenido enfrentarían pérdidas cercanas a los 300 millones de dólares en solo un mes si esta prohibición se concreta.

En medio de este torbellino jurídico, resurgen las especulaciones sobre el papel del expresidente Donald Trump. Recordemos que durante su primer mandato, Trump intentó sin éxito prohibir la aplicación, pero en un giro sorprendente, ha declarado en su reciente campaña presidencial que buscará salvar TikTok. Con su regreso al poder previsto para el 20 de enero, un día después de la fecha límite para la nueva ley, el futuro de TikTok en los EE.UU. podría depender de su intervención o de la decisión de la Corte Suprema.

Mientras tanto, la tensión entre China y Estados Unidos sigue en aumento. TikTok ha reafirmado en repetidas ocasiones que no comparte datos de usuarios estadounidenses y ha criticado a los legisladores de EE.UU. por basar sus decisiones en preocupaciones especulativas. El desenlace de este caso no solo podría definir el destino de la aplicación, sino también sentar un precedente significativo sobre la libertad de expresión y la regulación de plataformas tecnológicas en la era moderna.