La reciente escalada de tensiones en la guerra de Ucrania ha tomado un giro inesperado con la implicación de soldados de Corea del Norte, una movida que ha llevado al presidente de EE.UU., Joe Biden, a autorizar el uso de misiles estadounidenses de largo alcance por parte de Ucrania para atacar territorio ruso. Esta decisión ha provocado una reacción contundente del Kremlin y simboliza un cambio significativo en la política estadounidense respecto al conflicto.

Un cambio clave en la dinámica del conflicto es el despliegue de tropas norcoreanas en apoyo a las fuerzas rusas. Informes de la prensa estadounidense indican que funcionarios de la Casa Blanca ven esta medida como una forma de disuadir a Pyongyang de enviar más tropas al campo de batalla.

Aunque inicialmente se pensó que las tropas norcoreanas serían asignadas a roles no combatientes debido a su escasa experiencia en combate, se ha revelado que ya han estado involucradas en enfrentamientos contra soldados ucranianos.

Se estima que el número de soldados norcoreanos desplegados podría llegar a ser de hasta 100.000 según algunos informes no confirmados, lo que ha puesto en duda las cifras del Pentágono que hablaban de 11.000 soldados. Sin embargo, obtener información precisa resulta complicado, ya que Moscú y Pyongyang no han confirmado formalmente su participación.

Uno de los puntos más discutidos es la eficacia de los soldados norcoreanos. A pesar de que Corea del Norte cuenta con un ejército de 1,28 millones de soldados, se enfrenta a la falta de experiencia reciente en operaciones de combate. Mark Cancian, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), aclara que, aunque el ejército norcoreano está "completamente adoctrinado", su preparación es escasa.

Sin embargo, datos proporcionados por servicios de inteligencia surcoreanos indican que las tropas desplegadas son parte de las unidades élite de Corea del Norte, especializadas en infiltración, sabotaje y operaciones encubiertas. Estos soldados han sido entrenados para resistir altos niveles de estrés físico y psicológico, lo que podría compensar su falta de experiencia en combate directo.

La participación de Corea del Norte en el conflicto parece ser beneficiosa para ambas partes. Rusia necesita reforzar sus tropas, que han sufrido grandes pérdidas, mientras que Pyongyang busca asistencia financiera y acceso a tecnología militar. Según estimaciones, Moscú pagaría alrededor de 2.000 dólares por soldado al mes, una suma que podría enriquecer las arcas estatales de Corea del Norte.

La situación es preocupante para Corea del Sur, que está alerta ante la posibilidad de que su adversario, el Norte, adquiera capacidades militares más avanzadas. Las relaciones en la península coreana han tenido altibajos, y las provocaciones recientes de Corea del Norte, como la destrucción de carreteras entre ambas naciones, han aumentado las tensiones.

Con la guerra en Ucrania entrando en su tercer año, la dinámica del conflicto sigue evolucionando, y las posibles implicaciones de la participación norcoreana dejan entrever un futuro incierto en la región. Aunque algunos expertos son escépticos sobre la capacidad de combate inmediata de las tropas norcoreanas, la combinación de su resistencia y la formación que reciben de los militares rusos podría darles una ventaja inesperada en este conflicto global.