En un giro inesperado, el opositor venezolano Edmundo González Urrutia ha dejado República Dominicana este martes, donde llegó el miércoles pasado como parte de su controvertida gira por América Latina. Fuentes aeroportuarias confirmaron a EFE que el destino del político sigue siendo un misterio.

El viaje se realizó en un avión privado que despegó del Aeropuerto Internacional La Isabela, en Santo Domingo, alrededor de las 13:30 hora local (17:30 GMT, 14:30 en Chile). Aunque no se ha confirmado oficialmente, se especula que la aeronave podría estar dirigiéndose a Guatemala, según datos del rastreador de vuelos FlightAware.

González ha estado en el ojo del huracán desde que se proclamó ganador de las elecciones presidenciales de Venezuela en julio pasado, unas elecciones que el gobierno de Nicolás Maduro ha sido acusado de manipular y que han desatado una crisis de legitimidad en el país. Desde su exilio en España en septiembre, ha buscado apoyo internacional para su regreso y para reclamar su derecho a la presidencia.

La última parada de su gira americana fue Santo Domingo, donde González realizó varias reuniones diplomáticas con el fin de consolidar respaldos internacionales ante la situación política en Venezuela y la reciente investidura de Maduro, quien fue juramentado el 10 de enero por una Asamblea Nacional que controla el oficialismo.

Ese día histórico, González envió un fuerte mensaje al pueblo venezolano, asegurando: “Estoy muy cerca de Venezuela, listo para un ingreso seguro. Haré valer los votos que representan la recuperación de nuestra democracia…” Además, se proclamó a sí mismo como comandante en jefe y presidente electo, instando a las fuerzas armadas a desobedecer órdenes ilegales del régimen actual.

El pasado 28 de julio, se enfrentó a Maduro en lo que muchos sostienen que fueron elecciones amañadas, y a pesar de las irregularidades denunciadas, el Consejo Nacional Electoral proclamó la victoria de Maduro, lo que desató una ola de protestas a nivel nacional.

Mientras González continúa su búsqueda de apoyo, su misterioso destino plantea preguntas sobre los siguientes pasos de su campaña política y la posibilidad de un regreso a Venezuela en un momento crítico para su país. El futuro se vislumbra incierto, pero las promesas de cambio siguen resonando entre sus seguidores.