Ciencia

Usuarios de redes sociales y prisioneros de guerra podrían tener más en común de lo que imaginas: ¡Descubre por qué!

2025-04-01

Autor: Benjamín

(CNN) — Una conexión sorprendente entre los usuarios modernos de redes sociales y los soldados estadounidenses que optaron por no regresar a casa tras ser apresados en Corea del Norte puede ser más profunda de lo que se piensa. Esto es lo que revela Rebecca Lemov, historiadora de ciencia de la Universidad de Harvard y autora del libro "La inestabilidad de la verdad: lavado de cerebro, control mental e hiperpersuasión.".

Lemov afirma que todos somos vulnerables al control mental. Los soldados americanos fueron sometidos a técnicas que incluyeron aislamiento y privadas de sueño para desear permanecer en el país donde fueron capturados. Sorprendentemente, Lemov señala que los usuarios de redes sociales pueden enfrentar un proceso similar: un impacto negativo en su salud mental debido a la manipulación emocional que ejercen estas plataformas.

A través de décadas de investigación sobre el lavado de cerebro, Lemov ha llegado a la inquietante conclusión de que "todos somos susceptibles y a menudo subestimamos nuestra maleabilidad". Esencialmente, nos manipulan, y con frecuencia no nos damos cuenta. Sin embargo, ¿hay formas de protegernos?

Formas de afrontar el impacto de las redes sociales

Las redes sociales afectan de manera diferente a cada persona, lo que invita a cuestionar su propio impacto. Lemov compara experiencias de usuarios con las de personas que han estado en sectas: "Lo que es dañino para una persona puede no serlo para otra,” indicó. Es fundamental que los usuarios observen cómo se sienten al interactuar con el contenido en línea. Sugerencia: realiza una meditación diaria para ser consciente de tus reacciones emocionales. Si un tipo de contenido te produce ansiedad o incomodidad, ¡bloquea a esos creadores!

Manipulación de emociones

Las redes sociales no solo influyen en nuestros estados de ánimo, sino que pueden manipularnos activamente. En un impactante experimento en 2014, Facebook demostró que podía alterar las emociones de sus usuarios simplemente mostrando diferentes tipos de contenido. Aquellos expuestos a mensajes positivos se sentían más felices, mientras que los que veían contenido negativo tendían a mostrarse más deprimidos. Esto planteó preocupaciones sobre la ética del control que estas plataformas tienen sobre nuestros estados de ánimo.

La vida social en el mundo real

Lamentablemente, el tiempo dedicado a las redes sociales puede llevar al aislamiento social. Lemov observa que a mayor tiempo en estas plataformas, menor es el tiempo en actividades sociales reales, lo cual limita el desarrollo de habilidades interpersonales. Este ciclo crea soledad; las personas que ya se sienten solas tienden a utilizar más redes sociales, profundizando el sentimiento de aislamiento.

La soledad está fuertemente asociada con problemas de salud mental, como la depresión y pensamientos suicidas. Para combatir esta epidemia de soledad, Lemov sugiere unirse a grupos de actividad en persona, desde clubes de lectura hasta noches de juegos. Una simple conversación con alguien en un espacio compartido puede abrir la puerta a relaciones significativas.

Prioriza el sueño

El uso excesivo de redes sociales también impacta negativamente en la calidad del sueño, esencial para el bienestar mental. Estudios revelan que los jóvenes suelen acostarse más tarde cuando usan sus teléfonos, lo que a su vez incrementa los niveles de ansiedad y depresión. Para mejorar tu higiene del sueño, guarda los dispositivos fuera de la habitación al dormir. La distancia física puede hacer que te sea más fácil dejar de lado la tentación de revisar tus redes a media noche.

En conclusión, si bien las redes sociales son omnipresentes y pueden influir drásticamente en nuestras vidas, tomar consciencia de su impacto y poner en práctica algunas estrategias puede ayudarnos a mantener el control. Al priorizar la interacción humana y la calidad del sueño, además de ser críticos sobre el contenido consumido, podemos proteger nuestra salud mental y bienestar en un mundo digital cada vez más invasivo.