Algo huele muy mal en la Estación Espacial Internacional (EEI) desde que la nave de carga rusa Progress MS-29 arribó el pasado sábado. Lo que debería ser un evento rutinario se ha convertido en un motivo de preocupación para los cosmonautas y la comunidad espacial.

Un olor 'tóxico' que alerta a la tripulación

La llegada de la nave se desarrolló sin contratiempos hasta que los cosmonautas Aleksei Ovchinin e Ivan Vagner abrieron la escotilla. Fue en ese momento cuando notaron un intenso aroma y pequeñas gotas en el aire, lo que les llevó a cerrar de inmediato la abertura de la nave. De acuerdo a Russian Space Web, los cosmonautas describieron este olor como "tóxico" y alarmante.

Medidas de emergencia en marcha

Ante esta situación, los cosmonautas se equiparon con sus trajes de protección y activaron los sistemas especiales de purificación del aire en el segmento ruso de la estación. A la vez, NASA tomó cartas en el asunto, activando los sistemas de control de contaminantes en su segmento de la EEI.

Llegó hasta el lado estadounidense

El astronauta Don Pettit, de la NASA, reportó que la fragancia penetrante había llegado hasta el Nodo 3 del segmento estadounidense. En su reporte, mencionó que el olor se asemejaba al de la pintura en spray, aunque la NASA no ha confirmado si esta percepción está directamente relacionada con la llegada de la Progress MS-29.

Investigación abierta

La agencia espacial rusa, Roscosmos, está actualmente trabajando arduamente para identificar la fuente del olor y las gotas misteriosas. Se han implementado procedimientos rigurosos para abrir la escotilla entre el módulo Poisk y la nave, asegurando que se minimicen los riesgos para la tripulación.

Un historial de problemas técnicos

Este no es un incidente aislado relacionado con las naves rusas. En febrero de 2023, otra nave Progress sufrió una impresionante pérdida de presurización en su sistema de enfriamiento mientras estaba acoplada a la EEI. Además, se han reportado filtraciones de aire en el módulo Zvezda y hasta tres incidentes de fugas en naves Soyuz, con uno de estos atribuido inicialmente a un sabotaje, pero posteriormente se concluyó que fue un daño por micrometeoroides.

El futuro de la exploración espacial

En medio de estos problemas, Rusia no se detiene. Está en planes el lanzamiento de su propia estación espacial antes de que se retire la EEI en 2030, lo que podría cambiar las dinámicas de la cooperación y competencia en el espacio. ¿Qué más sorpresas nos depararán las futuras misiones espaciales? Mantente informado para descubrirlo.