Ucrania ha realizado su primer lanzamiento de misiles Storm Shadow, fabricados en el Reino Unido, en un ataque contra fuerzas rusas, según informes de medios británicos.

Esta decisión de intensificar los ataques se produce como consecuencia del despliegue de más de 10,000 tropas norcoreanas en la frontera con Ucrania, lo que representa una escalada seria en este conflicto que ya lleva casi tres años.

El periódico The Guardian había revelado recientemente que el Reino Unido estaba a punto de permitir el uso de estos misiles en territorio ruso, respaldado por el presidente estadounidense Joe Biden, quien dio luz verde para utilizar los misiles Atacms de fabricación estadounidense.

Imágenes no confirmadas que circulan en la aplicación Telegram muestran fragmentos de lo que se cree que son misiles Storm Shadow en la región de Kursk. Trevor Ball, un experto en armamento y exsoldado estadounidense, ha comentado que esas imágenes parecen evidenciar el uso reciente de estos misiles, aunque no se puede certificar su origen.

Este ataque se produce menos de 24 horas después de que Ucrania utilizara armamento estadounidense para bombardear objetivos en Bryansk, apuntando directamente a la presencia norcoreana en la región y a la infraestructura militar que podría facilitar una ofensiva de 50,000 soldados rusos.

Vladímir Putin ha manifestado que cualquier ataque dentro de las fronteras rusas con misiles británicos o estadounidenses significaría un enfrentamiento directo de la OTAN con Moscú, lo que intensifica aún más las tensiones en el conflicto.

En una reacción a la creciente amenaza, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania expresó su frustración por el cierre temporal de embajadas extranjeras, incluidas las de Estados Unidos y España, aludiendo al miedo a ataques masivos rusos. Insistieron en que la realidad del bombardeo ruso es parte de su día a día, a lo que la diplomacia ucraniana reiteró su expectativa de que sus aliados mantuvieran la misma urgencia de respuesta que en el pasado.

Asimismo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió sobre el uso de misiles estadounidenses, señalando que esto podría llevar a una “guerra mayor” y haciendo un llamado a Rusia y Ucrania para que prioricen la paz.

En el Kremlin, Dmitri Peskov, portavoz de Putin, indicó que el presidente ruso está abierto a negociar, especialmente con Donald Trump, quien podría volver a la presidencia. Rusia culpa a la administración de Biden por querer alargar el conflicto, destacando la utilización de misiles de largo alcance como un punto álgido de la tensión.

Además, China pidió calma y moderación tras la ratificación de la nueva doctrina nuclear de Rusia, que permite el uso de armamento nuclear ante ataques convencionales que amenacen su soberanía.

La embajada española en Kiev cerró al público debido a un aumento en el riesgo de ataques aéreos, siguiendo la misma línea de precaución adoptada por la embajada estadounidense. La situación de alerta se vuelve crítica, con ambas legaciones advirtiendo a sus ciudadanos sobre la importancia de mantenerse a resguardo.

En medio de esta crisis, las fuerzas rusas están reprochando a Occidente su papel en la escalada del conflicto, afirmando que cada nuevo paso de Washington hacia el apoyo militar a Ucrania lleva a un deterioro de las posibilidades de diálogo.