La Unión Europea se encuentra en una carrera contra el reloj para establecer una respuesta unificada que proteja a los cascos azules desplegados en el sur de Líbano, tras una serie de ataques devastadores por parte del ejército israelí. A pesar de la firme oposición inicial de la República Checa, que ha adoptado una postura alineada con el gobierno de Benjamin Netanyahu, se ha logrado una declaración de condena acordada por los Veintisiete, según fuentes comunitarias.

Los recientes ataques a la misión de la ONU, conocida como Unifil, han suscitado una creciente condena internacional, forzando a Praga a reconsiderar su posición. Este lunes, los ministros de Exteriores de los países de la UE se reunirán con el alto representante de la diplomacia europea, Josep Borrell, en Luxemburgo para abordar la preocupante situación en el Oriente Medio.

Desde los ataques lanzados por Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, que desencadenaron una guerra devastadora en Gaza, la UE ha luchado por adoptar una postura común sobre la crisis en la región. La resistencia de países como República Checa, Austria y Hungría, junto con el silencio de Alemania, han dificultado la emisión de críticas hacia Netanyahu, diluyendo así la fuerza de las declaraciones de la UE.

A pesar de los esfuerzos de varios estados miembros, Praga y sus aliados insisten en que Israel tiene derecho a defenderse. La dificultad para redactar una declaración conjunta sobre los ataques a Unifil contrasta con la rápida condena por parte de Europa a los ataques iraníes contra Israel, que fueron denunciados en cuestión de horas. Recientemente, un impedimento por parte de Hungría y República Checa a una declaración de apoyo a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), objeto de constantes ataques israelíes, llevó a Borrell a emitirla en su propio nombre.

"Estos ataques [contra Unifil] son extremadamente graves y podrían repercutir en otros lugares del mundo donde están desplegados los cascos azules", advirtió una fuente europea de alto nivel. "Este es otro ataque de Israel al orden basado en normas internacionales, y no condenarlo refleja el doble rasero de Occidente", enfatizó un diplomático comunitario. En los últimos días, al menos una veintena de cascos azules resultaron heridos debido a estos ataques, mientras que Israel ha instado a la misión de la ONU a retirarse, acusándolos de servir como "escudos humanos" para Hezbollah.

Mientras tanto, los líderes de Francia, Italia y España, algunos de los mayores contribuyentes europeos a la misión, condenaron lo que llamaron ataques "injustificables". Además, un amplio grupo de países, incluidos Polonia y Alemania, también emitió un comunicado de condena, aunque sin mencionar a Israel explícitamente.

Las voces que proponen un cambio en el mandato de Unifil, para dotar a las tropas de más flexibilidad, están aumentando, aunque esto requeriría un acuerdo del Consejo de Seguridad de la ONU. Al mismo tiempo, la UE está canalizando fondos para apoyar al ejército libanés y busca fomentar cierta estabilidad política en el país.

La preocupación en la Unión Europea es palpable, especialmente por la situación en Líbano tras la invasión israelí, y las posibles repercusiones que podría tener en la región, como un aumento de la migración hacia Europa. Sin embargo, la resistencia a emitir una condena clara contra el gobierno de Netanyahu sigue siendo fuerte. La próxima cumbre de los líderes de la UE en Bruselas, programada para el jueves y viernes, abordará la situación en el Oriente Medio, pero el foco sobre los ataques a la misión de la ONU parece ser, hasta ahora, sorprendentemente tenue. "El Consejo Europeo apoya el papel crucial de Unifil en la estabilización del sur de Líbano y pide a todas las partes involucradas que protejan y respalden la importante misión de Unifil", reza el borrador de conclusiones de la reunión, aún en negociación. La situación es crítica, y la presión internacional podría ser clave para evitar un desastre mayor.