En medio de los estragos de la guerra, Ucrania enfrenta una amenaza adicional: el virus del Nilo Occidental. Este virus transmitido por mosquitos ha cobrado la vida de al menos 11 personas y ha dejado a otras 88 infectadas en solo tres meses, según las cifras del Ministerio de Salud ucraniano. La rápida propagación de esta enfermedad ha encendido las alarmas entre las autoridades sanitarias, quienes advierten que la situación es grave. "Es algo serio y seguirá siéndolo", ha afirmado Ihor Kuzin, viceministro de Salud y epidemiólogo.

Desde que comenzó el brote en julio, la región de Kiev ha sido una de las más afectadas, con 17 pacientes atendidos en el Hospital Clínico San Miguel entre junio y agosto; lamentablemente, tres de ellos no sobrevivieron. Además, se han reportado casos en otras regiones como Poltava y Cherkasy, lo que indica el alcance alarmante de esta crisis.

La situación es aún más preocupante dada la falta de una vacuna o tratamiento específico para este virus. El Ministerio de Salud estima que entre el 2% y el 14% de los infectados podrían morir, y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. informa que un 80% no muestra síntomas, pero una de cada 150 personas puede desarrollar complicaciones graves o incluso fatales.

Los síntomas del virus incluyen fiebre, dolores musculares, vómitos y, en casos severos, problemas neurológicos. Este virus es común en meses cálidos, debido al aumento de la población de mosquitos. Sin embargo, en Ucrania, la propagación se ha acelerado debido a las rutas migratorias de aves que cruzan el país, convirtiéndolo en un punto crítico para este tipo de infecciones. La Organización Mundial de la Salud ha mostrado preocupación por estas rutas, considerándolas como las principales vías de expansión de la enfermedad.

La fragilidad del sistema sanitario ucraniano, ya debilitado por el conflicto, complica aún más la situación. Kuzin advirtió que podría ser necesario acostumbrarse a la idea de que la fiebre del Nilo Occidental se vuelva más común en Ucrania en los próximos años. A medida que la guerra continúa, el pueblo ucraniano no solo lucha contra el enemigo visible, sino que también debe estar preparado para enfrentar esta nueva amenaza sanitaria. ¡La pregunta es! ¿Estaremos listos para el desafío que esto representa?