El reciente episodio de la DANA que ha asolado localidades como Valencia, Cataluña y Málaga pone de manifiesto las graves vulnerabilidades que enfrentan muchas ciudades españolas ante fenómenos meteorológicos extremos. León no es la excepción, y tras lo sucedido en otras provincias, surge la inquietud sobre la preparación y capacidad de respuesta de la ciudad ante posibles desastres naturales.

El arquitecto urbanístico Rogelio Geijo advierte que el riesgo de una DANA en León se ve amplificado por la acumulación de agua en zonas específicas, como los pueblos de Villaobispo y Villaquilambre. ‘La infraestructura actual no solo debe soportar la lluvia directa, sino también el agua que se acumula naturalmente en el entorno,’ destaca Geijo. ‘La expansión urbana de las últimas décadas ha permitido la construcción en áreas que no son adecuadas para ello.’ Es vital que los ciudadanos comprendan que el agua sigue su curso natural hacia ríos y arroyos.

Inspirándose en las protocolos de países como Japón y Estados Unidos, Geijo enfatiza la necesidad de implantar reglas estrictas de actuación ante fenómenos meteorológicos extremos. ‘En España aún carecemos de una cultura de prevención adecuada,’ lamenta. Los ciudadanos deben ser instruidos sobre cómo actuar en situaciones de emergencia, como evitar los garajes durante inundaciones y buscar refugio en plantas superiores.

Un aspecto crucial para reducir los efectos de eventos climáticos adversos es el mantenimiento correcto de las infraestructuras urbanas. “La gestión adecuada del drenaje es fundamental,” subraya Geijo. Las construcciones más antiguas, con sistemas inadecuados para el manejo del agua, resultan especialmente vulnerables, exponiendo a los habitantes de zonas rurales a un mayor riesgo debido a la falta de medidas de seguridad.

La coordinación entre autoridades y ciudadanos es esencial en la gestión de emergencias. Geijo insiste en que los protocolos de actuación deben ser claros y de fácil comprensión para evitar confusiones durante una crisis. Además, se debe hacer hincapié en el cumplimiento del Código Técnico de la Edificación, que establece normas para asegurar que los edificios puedan soportar diferentes amenazas naturales.

León presenta diversas áreas que son más susceptibles a inundaciones, especialmente aquellas situadas cerca de cauces naturales. Las decisiones de urbanismo de las décadas de 1990 y 2000, que permitieron construir en lugares inadecuados, han exacerbado este riesgo. Aunque la posibilidad de una DANA severa en León es baja, el cambio climático está aumentando la frecuencia y la intensidad de estos fenómenos, lo que debería hacer que las autoridades se planteen revisiones a la normativa actual y adapta las infraestructuras necesarias.

León no solo debe prepararse para enfrentar desastres actuales, sino también adaptarse a los nuevos estándares de seguridad y prevención. ‘Es un llamado a la acción,’ concluye Geijo. ‘Es crucial que todos, desde los especialistas hasta la comunidad en general, estemos comprometidos con la seguridad de nuestros hogares.’ Esto incluye realizar simulacros de evacuación y un mantenimiento proactivo de las infraestructuras.

Con el cambio climático redefiniendo los patrones climáticos, León enfrenta un futuro incierto. La necesidad de fortalecer los protocolos de actuación y fomentar una cultura de prevención no es opcional; es esencial para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los leoneses.