Las matemáticas están en el centro de la atención académica en estos tiempos, disfrutando de un 'Siglo de Oro' que ha transformado esta carrera, una vez vista como una opción marginal, en una de las más codiciadas por los estudiantes universitarios. Su alta empleabilidad ha capturado el interés de jóvenes talentosos en diversas áreas como finanzas, consultoría y 'big data', donde los matemáticos son altamente demandados incluso antes de su graduación. Sin embargo, este fenómeno ha tenido consecuencias severas en las aulas de los institutos, donde la falta de profesores de Matemáticas es cada vez más notoria debido a que muchos eligen caminos profesionales más lucrativos y satisfactorios en lugar de la docencia.

Carteles de vacantes de profesores de Matemáticas son comunes, pero las estadísticas son alarmantes: en las últimas oposiciones para la enseñanza secundaria, solo se cubrieron 63 de las 190 plazas disponibles, dejando un enorme vacío en las aulas. Además, muchos de los aspirantes a estas posiciones no provienen de programas de matemáticas, sino que la mayoría son ingenieros que han encontrado en la educación una alternativa, aunque no siempre adecuada para enseñar.

Eduardo Izquierdo, un veterano en la enseñanza con más de 30 años de experiencia, ha observado un cambio drástico en su carrera. Aunque disfruta de su trabajo en el Instituto Río Duero en Tudela de Duero (Valladolid), no duda en afirmar que, si estuviera comenzando su carrera hoy, podría optar por sectores en expansión como la inteligencia artificial o el análisis de datos, donde la creatividad y la investigación son más valoradas.

Rosa María Fernández, catedrática de Matemáticas en el IES María Moliner en Laguna de Duero, comparte su perspectiva, añadiendo que la industria actual parece ofrecer salarios que superan significativamente lo que podría ganar como docente, empujando a los graduados hacia campos más rentables.

María Paz Calvo, coordinadora del Grado de Matemáticas en la Universidad de Valladolid, señala que, aunque la demanda de matemáticos es innegable en el sector privado, esta situación ha creado un efecto pendular que podría afectar el futuro de la educación en matemáticas, ya que la enseñanza se ha convertido en una opción secundaria.

El panorama es desolador. Con un nivel de dificultad creciente para encontrar profesores capacitados y los exámenes de oposición que no reflejan las habilidades pedagógicas necesarias, se teme que el número de profesionales cualificados disminuya aún más. Izquierdo y Fernández coinciden en que muchos aspirantes carecen de la formación adecuada en didáctica, lo que se traduce en una enseñanza poco efectiva.

En respuesta a este desafío, se están implementando nuevas estrategias en la formación docente que buscan atraer a más profesionales a las aulas, pero la batalla contra el ''intrusismo'' en la educación sigue siendo una preocupación constante. Muchos profesores llegan de otros ámbitos laborales, pero carecen de la pasión y las habilidades necesarias para conectar con los estudiantes.

Con todo, la cruda realidad es que la escasez de profesores de Matemáticas podría acentuar la crisis educativa en España. Si no se toman medidas urgentes para revitalizar esta área de enseñanza y hacerla más atractiva, los estudiantes del mañana podrían enfrentar un futuro donde la educación matemática no tenga el peso que realmente debería.