El primer borrador de acuerdo de la Cumbre del Clima de Bakú ha revelado una gran omisión: carece de un monto específico que los países ricos deben aportar a los más pobres para ayudarles a lidiar con las devastadoras consecuencias del cambio climático. Aunque se menciona que se necesitaría una inversión considerable, los detalles siguen siendo ambiguos.

Este nuevo documento de 10 páginas también omite la eliminación planificada de los combustibles fósiles, aunque sí menciona la posibilidad de gravar a las empresas de petróleo, gas y carbón, los principales culpables del calentamiento global.

En esta crucial cumbre, donde delegaciones de 190 países se han reunido, tienen solamente dos días para alcanzar un consenso sobre la financiación climática. Sin embargo, los expertos advierten que aún están lejos de lograr un acuerdo. La presión aumenta y los países más vulnerables continúan sin un respaldo firme.

Opciones en el aire

El borrador presentaba varias alternativas, pero lo más preocupante es que no especifica la cantidad que los países deberían invertir anualmente, dejando un inquietante espacio marcado con una "X". Esta falta de claridad ha suscitado interrogantes sobre la seriedad del compromiso internacional para enfrentar esta crisis global.

La ONU ha instado a los países asistentes a definir con claridad el monto específico que deben aportar los países desarrollados a los en desarrollo. Sin embargo, la discusión sobre qué países deben contribuir al Fondo Internacional de Mitigación todavía no se ha resuelto, lo que plantea más dudas sobre si China participará o no.

La Unión Europea ha señalado la falta de transparencia en esto y ha pedido mayores definiciones antes de entrar a las negociaciones sobre las cifras. Pedro Zorrilla, delegado de Greenpeace en la COP29, declaró: "Estamos lejos de la línea de meta y necesitamos actuar con rapidez".

Se estima que los países en desarrollo requieren al menos 1 billón de dólares anuales para hacer frente a los efectos del cambio climático para finales de esta década.

Pero hay dos alternativas principales presentadas en el borrador.

La primera plantea que los fondos sean en forma de subvenciones, con China jugando un papel clave como país en desarrollo. La segunda, enfatiza la necesidad de diversificar las fuentes de financiación, incluyendo las contribuciones del sector privado.

Un impuesto necesario

Greenpeace ha aplaudido que, al menos, este borrador considera gravar a las grandes empresas de combustibles fósiles como un paso hacia la justicia climática. Esto podría ayudar a compensar los daños que ya está ocasionando el cambio climático en todo el mundo.

Pedro Zorrilla insiste: “Este reconocimiento por parte de la COP29 resalta la importancia de implementar impuestos a las empresas energéticas, una manera de equilibrar la balanza ante la devastación ambiental que estamos presenciando".

Mientras los delegados se preparan para más negociaciones, el tiempo corre, y el futuro del planeta depende de decisiones cruciales que deben tomarse en Bakú.