Sergio Ramos, el legendario defensor de 38 años, ha estado disfrutando de su nueva aventura futbolística en México con Monterrey, después de un largo tiempo sin equipo tras su salida del Sevilla el pasado verano. Desde que se unió al club, ha vivido momentos intensos: desde la euforia de marcar un gol hasta la decepción de una eliminación, y más recientemente, enfrentándose a la controversia tras recibir una tarjeta roja por una dura falta. Además, ya había mostrado su temperamento al propinar un codazo en un partido anterior.

Aunque inicialmente parecía que la expulsión no le afectaba, publicando un mensaje irónico en Instagram, donde bromeó: "Estaba claro que no me iba a ir de esta liga sin una roja", la situación se complicó en la rueda de prensa posterior al partido contra Pumas, en el que Monterrey ganó 3-1. El entrenador del Pumas planteó que las decisiones arbitrales podrían ser más laxas con los jugadores extranjeros, sugiriendo que Ramos debería haber sido expulsado mucho antes si hubiera sido un jugador mexicano.

Las alarmas comenzaron a sonar cuando 'TV Azteca' reportó que el golpe de Ramos podría acarrearle una sanción de hasta 15 partidos. Según la Regla 12 de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), el comportamiento violento se penaliza severamente, y se considera conducta violenta incluso si no hay contacto físico. Esta noticia ha generado un gran revuelo en los medios y entre los aficionados, quienes se preguntan si el ícono español podrá controlar su temperamento en esta nueva fase de su carrera.

A medida que se acercan las decisiones sobre sanciones, muchos se cuestionan si esta polémica afectará a Ramos en su papel como líder dentro y fuera del campo, y si será capaz de superar este obstáculo en su camino para consolidarse en la liga mexicana. Los seguidores estarán atentos a cada movimiento del defensor, esperando que su experiencia le permita aprender de esta situación y seguir brillando en el fútbol azteca.