Angela Merkel: "Estoy preocupada, debemos proteger nuestra libertad"
2024-11-24
Autor: Carlos
Un día, decidió guardar silencio. Algo poco común en la política moderna. Angela Merkel, quien fue canciller de Alemania de 2005 a 2021, se retiró por su propia voluntad, renunciando a una carrera que incluyó múltiples crisis políticas y económicas. El 8 de diciembre de 2021, le cedió el poder a Olaf Scholz y desapareció del ojo público, solo apareciendo en ocasiones excepcionales. Ya han pasado tres años y Merkel, ahora con 70 años, vuelve a ser noticia al lanzar sus memorias, tituladas ‘Libertad’, escritas junto a Beate Baumann. En 800 páginas, reflexiona sobre su legado y la situación actual de Alemania y del mundo.
Berlín, donde el hotel Adlon se alza junto a la icónica Puerta de Brandeburgo, marca el contraste entre su antiguo liderazgo y el desasosiego actual. Donald Trump ha regresado al poder en Estados Unidos, mientras que Alemania enfrenta una recesión. El gobierno de Scholz, que prometía continuar su legado, ha caído en medio de una crisis sin precedentes.
Merkel declara que no siente la necesidad de volver a la política activa: "Mi tiempo se ha acabado. He servido a Alemania lo mejor posible durante 16 años. Mis sucesores deben seguir adelante con sus propias visiones y decisiones". Su premonición sobre la fragilidad de la democracia resuena especialmente en un contexto donde el extremismo y el populismo están en aumento en la política global.
En sus memorias, Merkel advierte: "Si queremos vivir en libertad, debemos defender nuestra democracia de quienes la amenazan". Reflexiona sobre su vida en Alemania Oriental y las lecciones que aprendió en una dictadura que la llevó, desde su nacimiento en Hamburgo, a experimentar la falta de libertad en su juventud.
La aparición de tendencias políticas que amenazan la libertad provoca su preocupación. Analiza que el mundo actual enfrenta desafíos que no existían en su tiempo, como el auge de las redes sociales y una creciente polarización política. La libertad, según ella, requiere participación y esfuerzo constante para ser preservada. "La tolerancia y el respeto hacia los demás son esenciales, y debemos inculcar estos valores a cada nueva generación".
Su experiencia en un régimen autoritario le da una perspectiva única sobre los riesgos que enfrenta la democracia hoy. Se niega a observar con indiferencia cómo algunas ideologías en Europa intentan revivir el autoritarismo, recordando que la libertad no es un derecho automático, sino algo que se conquista y se cuida.
Merkel también aborda la coyuntura del extremismo en la política alemana, donde partidos de extrema derecha han ganado terreno en las recientes elecciones. Ella subraya la importancia de la dignidad humana y critica la propaganda de odio, argumentando que la respuesta de la política democrática debe ser más fuerte y más inclusiva.
Habla sobre su controversial decisión de abrir las fronteras a refugiados en 2015, defendiendo que se trató de una decisión humanitaria fundamental y recordando que a menudo este gesto ha sido malinterpretado por muchos políticos contemporáneos. afía que cualquier debate sobre la inmigración debe centrarse en medidas que respeten los derechos humanos y que atiendan las causas que llevan a las personas a dejar sus hogares.
A medida que concluye la entrevista, Merkel sale de su reflexión política rigurosa, sugiriendo con firmeza que lo más urgente ahora es recuperar la confianza y asegurar el futuro de una Europa unida, pacífica y libre. Mientras los turistas pasean por la Puerta de Brandeburgo, su legado sigue siendo discutido y analizado, un recordatorio de que su era política, aunque ya concluida, continúa resonando en el contexto actual.