El 14 de septiembre de 1998, el entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, advertía sobre la posibilidad de que ETA intentara engañar a la sociedad utilizando una "tregua trampa", argumentando que la organización estaba en una situación difícil y simplemente buscaba ganar tiempo.

Solo dos días después, ETA proclamó un alto el fuego indefinido y sin condiciones, que más tarde se demostró que era una trampa, ya que su verdadero objetivo era reorganizarse y rearmarse.

En medio de esta compleja situación, una figura destacada emergió: Arantxa Berrade, una joven agente de la Policía Nacional que se infiltró en el corazón de ETA.

En la película "La Infiltrada", que se estrena este viernes en los cines de España, se retrata la impactante historia de Berrade, interpretada por Carolina Yuste.

Lo notable de su misión es que ella fue elegida por ETA, convirtiéndose en una "infiltrada, no encubierta", como recalca el comisario que interpreta Luis Tosar.

Arantxa Berrade logró que los miembros de ETA la consideraran parte de su grupo, lo cual es un hecho sin precedentes en la historia de la lucha contra el terrorismo en España.

Recientemente graduada de la Academia de Ávila, Adopta el pseudónimo de Berrade para comenzar su intrépida misión.

A diferencia de otros infiltrados, su designación fue aceptada por los terroristas, quienes la buscaron para integrarla en sus filas.

Antes de dar el gran paso a San Sebastián, Berrade, oriunda de Logroño, incursionó en los círculos antisistema y antimilitaristas en un contexto donde España aún estaba lidiando con las secuelas de los atentados terroristas de 1992.

En un acto de valentía, ella decidió construir una nueva identidad que le permitiera operar sin ser detectada.

"Tendrás que entrar y fingir que eres uno de ellos, compartir sus ideales y soportar el temor constante a ser descubierta", le indicaba su superior al proponerle el plan audaz.

Así, comenzó a frecuentar una carnicería en la que se mezclaba con personas cercanas a la ideología de izquierda abertzale, ganando su confianza.

Esto le permitió adentrarse en el núcleo de los movimientos pro etarras.

Su travesía la llevó a la famosa calle Juan Bilbao en San Sebastián, un bastión del nacionalismo vasco.

Aquí fue donde realmente se ganó el aprecio del colectivo, participando activamente en sus actividades y manifestaciones, y se manifestó abiertamente contra la policía, a quienes refería como "txakurras".

Cada vez más conocida entre ellos, Berrade asumió un rol que la transformó en parte del mismo movimiento que buscaba desarticular.

Esta audaz infiltración ha sido clave en la lucha contra el terrorismo en España y su historia es un recordatorio del valor y la determinación de quienes se enfrentan a grandes peligros.

La película "La Infiltrada" promete ser una representación conmovedora e intensa de la vida de Arantxa Berrade, quien no solo desafió a ETA, sino que también arriesgó su propia vida para proteger a su país.

Su historia, llena de misterio y coraje, revela la compleja lucha contra el terrorismo en un tiempo donde la confianza y la traición eran moneda corriente.