La temporada de Madrid comenzó con gran expectación. Los espectadores se emocionaron al escuchar por primera vez el pasodoble 'Gallito' durante el paseíllo, en respuesta a la demanda de numerosos aficionados que llenaron la plaza.

El primer toro de Adolfo Martín, conocido como 'Pastelero', presentó una apariencia imponente con su salida enérgica. Sin embargo, pronto mostró su falta de fuerza, lo que llevó a Rafael de Julia a enfrentarse con él. A pesar del esfuerzo de Raúl Ruiz para lidiar con el toro, la escasa fuerza del cinqueño se hizo evidente, y Julia se vio obligado a recurrir a la espada tras seis intentos frustrados para tumbar al animal.

El cuarto toro, apodado 'Chaparrito', traía consigo el eco de viejas glorias del hierro de Adolfo Martín en esta plaza. Rafael de Julia continuó teniendo problemas en el tercio de muleta, lo que generó un ambiente tenso entre el público. En un infortunado giro de los acontecimientos, el torero cayó en uno de los primeros muletazos y, tras varios intentos fallidos con la espada, se llevaron fuertes abucheos.

El segundo toro, alto y veloz, fue un desafío para Damián Castaño, quien logró llevarlo a los medios. Aunque el toro mostró buenos momentos, su exigencia hizo que cada muletazo fuera una prueba de valor. A pesar de algunos pinchazos en la suerte suprema, Castaño brilló con dos naturales magníficos que dejaron huella en la faena, la cual merecía una oreja, pero el fallo en la estocada lo impidió.

La tensión llegó a su punto máximo con el quinto toro, un animal de gran agresividad. Castaño se enfrentó a él con valentía, realizando una faena risgosa que dejó al público sin aliento. La lucha fue intensa, y aunque la situación era crítica, el salmantino se mantuvo firme, demostrando su excelente técnica.

El tercer toro probado resultó ser menos desafiante, y a Adrián de Torres le costó conseguir su sitio con él. A pesar de ser un toro poco humillador, mostró una falta de ímpetu que complicó la lidia, llevando a un final algo decepcionante con una estocada defectuosa.

El cierre de la tarde llegó con un sexto toro, robusto pero de bajo rendimiento. Adrían de Torres, siempre en control, intentó extraer lo mejor del animal, pero la falta de poder del toro fue desalentadora. Les compartimos que esta temporada podría deparar sorpresas, y el público está expectante de lo que vendrá en las próximas corridas.