En un mundo donde la búsqueda de la felicidad se ha convertido en una obligación social, es fundamental cuestionar la narrativa que rodea este concepto. La presión de ser feliz en todo momento puede convertirse en una fuente de gran estrés. Pero, ¿sabías que gran parte de tu felicidad puede estar determinada por factores que escapan a tu control? Estudios recientes sugieren que hasta un 50% de nuestra predisposición a la felicidad puede estar escrita en nuestros genes. Esto significa que solo un 10% es realmente influenciado por nuestras acciones y decisiones.

El concepto de Eudemonía, que representa el bienestar en su máxima expresión, nos invita a reflexionar sobre lo que realmente significa ser feliz. Más allá de los consumibles que a menudo se nos presentan como necesarios para alcanzar la felicidad, la clave está en ser auténticos y sinceros con nosotros mismos y nuestros sentimientos. Buscar la aprobación externa o llenar un vacío con bienes materiales solo nos aleja de una satisfacción duradera.

La Facultad de Psicología de Yale, liderada por la psicóloga Laurie Santos, ha puesto en marcha el curso más popular de la universidad, donde enseña a sus estudiantes que la felicidad no se trata de adquirir más, sino de disfrutar más cada momento. A través de la meditación y el ejercicio, se pueden obtener herramientas efectivas para manejar las emociones y adoptar una perspectiva más positiva.

La filosofía también juega un papel crucial en la búsqueda de la felicidad. Filósofos contemporáneos como José Carlos Ruiz han señalado que la obsesión por ser felices puede convertirse en una carga, un instrumento de tortura, al impulsarnos a experiencias que no siempre son significativas. En lugar de alimentar la necesidad de recordar constantemente el 'deber ser feliz', es más constructivo aceptar las diversas facetas de la vida, incluyendo los momentos de tristeza o duda.

La salud mental es otro factor que no podemos pasar por alto en nuestra búsqueda. Recién celebramos el Día Mundial de la Salud Mental, un recordatorio de la importancia de cuidar nuestro bienestar emocional. En este sentido, la comunicación abierta y el apoyo mutuo en nuestras relaciones pueden ser fundamentales, particularmente en aquellas de tipo materno-filial, que a menudo cargan con expectativas imposibles y pueden desencadenar sentimientos de culpa.

Recuerda que cada individuo tiene su propio camino hacia la felicidad. Incorpora pequeños rituales de alegría en tu día a día, como practicar el koselig noruego, donde el disfrute de momentos compartidos con seres queridos puede ser la clave de la felicidad. Y si necesitas un descanso de la rutina, una buena película como 'Lawrence de Arabia' puede ofrecerte no solo entretenimiento, sino también una perspectiva fresca sobre la vida y su complejidad.

Finalmente, celebra tu naturaleza multipotencial. En lugar de sentirte presionado por elegir un solo camino, permítete explorar múltiples pasiones. La capacidad de adaptarte y aprender en diversas áreas puede traerte una alegría indescriptible, incluso en un mundo que a menudo parece querer encasillarte.

La verdadera felicidad no es una meta, sino un proceso de autodescubrimiento y aceptación. Abraza la imperfección de la vida y permite que cada experiencia, buena o mala, te acerque un poco más a tu versión auténtica y feliz.