Madrid

El senador demócrata por Nueva Jersey, Cory Booker, ha comenzado una histórica intervención en el Senado que ya supera las 22 horas en un decidido acto de protesta contra las políticas implementadas por el presidente Donald Trump desde que asumió el poder el 20 de enero. Este maratón de palabras se sitúa como uno de los más prolongados en la historia de la Cámara, colocándose a la sombra del legendario discurso de Strom Thurmond, que duró 24 horas y 18 minutos en 1957.

"Estoy aquí porque nuestra nación enfrenta una crisis real y urgente," declaró Booker, quien ha prometido continuar su discurso mientras su cuerpo lo permita. Su ambición es resaltar el profundo impacto negativo que, a su juicio, las políticas de Trump están causando en la sociedad estadounidense.

Además, Booker ha sido respaldado por otros senadores demócratas que han planteado preguntas para permitirle tomar breves respiros. Sin embargo, las reglas del Senado son estrictas: no puede ceder el micrófono, sentarse ni utilizar el baño, lo que convierte su tarea en un verdadero desafío físico.

Durante su discurso, el senador ha abordado una variedad de temas cruciales, incluyendo la inmigración, derechos civiles y la justicia social, enfatizando la necesidad de unir fuerzas frente a la polarización política. "Este no es solo un debate político, es una lucha por nuestros valores fundamentales como nación," afirmó.

Mientras el reloj sigue corriendo, sus palabras resuenan como un eco de resistencia. Algunos críticos han señalado que este acto podría interpretarse más como un espectáculo mediático que una estrategia legislativa eficaz, pero para Booker, el objetivo es claro: hacer un llamado a la acción y movilizar a los ciudadanos.

La atención se centra ahora en el desarrollo de su discurso y en cómo esta maratón de oratoria impactará el diálogo político en Estados Unidos. Sin duda, una demostración de firmeza que pone de manifiesto la división actual en el país.