Protesta masiva en Valencia

En Valencia, una multitud impresionante de 5.000 personas se reunió este sábado por la tarde para exigir la dimisión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y del consejero de Educación, José Antonio Rovira. La razón de esta protesta es lo que consideran una gestión inaceptable de las consecuencias educativas tras la devastadora DANA que afectó a la región hace casi cuatro semanas. En las áreas más afectadas, miles de niños y adolescentes aún no pueden regresar a clase, un hecho que ha desatado el enfado de los padres y educadores.

Desarrollo de la manifestación

La marcha recorrió el corazón de la ciudad, comenzando en la plaza de San Agustín y finalizando en la plaza de la Virgen. Dos portavoces de la Plataforma por la Enseñanza Pública, que incluye a la Federación de Familias Fampa Valencia, sindicatos docentes como STEPV, CC OO y UGT, así como otras entidades educativas, leyeron un contundente manifiesto. En él se afirmaba que, desde el 29 de septiembre, cuando Mazón falló en alertar a la población sobre el inminente desastre, la gestión gubernamental ha sido un caos total. Según los manifestantes, la limpieza y desinfección de las escuelas ha recaído exclusivamente en los profesores, mientras que los niños de las zonas afectadas carecen del apoyo psicológico que necesitan urgentemente. Además, no se han reemplazado a los docentes que no pudieron llegar a sus aulas debido a las inundaciones. La consellería de Educación ha dejado a la comunidad educativa desprotegida y no ha garantizado el derecho a la educación.

Voces desde la comunidad educativa

La plaza estaba repleta de profesores, padres, y muchos niños, quienes coreaban juntos: “¡Rovira, Mazón, dimisión!”. Entre los asistentes se encontraban educadores de los lugares más afectados por la DANA, como Mariló Ferriols, directora de un colegio público en Alfafar. Mariló expresó su preocupación: “Han pasado cuatro semanas y muchos colegios siguen sin poder reanudar las clases. La educación infantil y primaria es un derecho fundamental. En nuestro centro hemos perdido la planta baja de los cinco edificios. Retomaremos las clases el martes en un colegio diferente de Alfafar, pero eso implicará que dos centros educativos de 600 alumnos funcionen en un espacio diseñado para 400. Esto demuestra que podría haberse manejado la situación con mayor eficacia, y se requería la creación de un comité técnico para evaluar las necesidades específicas de cada localidad.”

Compromisos logísticos de los docentes

Marc Candela, portavoz de STEPV, informó que su sindicato organizó un autobús desde L’Horta Sud, una zona donde el servicio de metro no opera y numerosos vecinos perdieron sus coches en las inundaciones. “El autobús se llenó rápidamente, y muchas personas llegaron caminando”, mencionó con preocupación. Por su parte, Ana Teruel, maestra en el colegio público Vil·la Romana de Catarroja, también gravemente afectado, comentó: “Retomaremos las clases en otro centro y estamos agradecidos por la acogida, pero tendremos 50 niños por clase. Hemos tenido que llevar los materiales tres pisos arriba, ya que los dejaron a la entrada. La realidad es que, una vez más, si la comunidad no salva a la comunidad, los educadores terminarán salvando a la consellería.”

Críticas a la gestión educativa

Esta manifestación no solo destacaba la mala gestión educativa tras la DANA, sino que también se oponía a la controversial consulta sobre el uso de la lengua en las escuelas. La Plataforma por la Enseñanza Pública considera que este movimiento pone en peligro el uso del valenciano como lengua vehicular. Además, se criticaba la ineficacia del plan de infraestructuras Edificant y la falta de cobertura en las plazas docentes que llevan pendientes desde octubre. En medio de esta crisis, la pregunta que queda es: ¿Está la Generalitat realmente preparada para afrontar las necesidades educativas de su población?