La situación en la comunidad educativa de Picanya es alarmante. A pocos días de cumplirse un mes desde la riada, el CEIP Ausias March sigue sin recibir la desinfección necesaria para abrir sus puertas. Este fenómeno no se limita solo a Picanya, ya que en Catarroja, Paiporta, Alaquàs y Algemesí, la historia es similar. Casi 30 centros educativos están aún cerrados por falta de limpieza, afectando a alrededor de 13,000 estudiantes, que se encuentran en una situación desesperante.

Además, hay 4 centros adicionales que, aunque están limpios, continúan cerrados a la espera del ansiado certificado de desinfección. En Paiporta, por ejemplo, los 4,000 escolares que allí residen están en la incertidumbre, ya que la administración municipal ha informado que deberán esperar al menos tres semanas más para regresar a las aulas. ¿Cómo es posible que tras un mes, la situación no haya mejorado?

Los niños más desafortunados que no tienen familiares cerca en Valencia deben conformarse con la incertidumbre, mientras la situación en los colegios en la capital es igualmente crítica. Según Gloria Fos, vicepresidenta del Ampa CEIP Serrano, “las plantas bajas siguen llenas de lodo y devastadas”. Además, muchos centros ni siquiera tienen sus daños evaluados, lo que eleva el número real de escuelas afectadas a más de 30.

Contrariamente a lo que asegura la Consellería de Educación, que afirma que 31,000 estudiantes ya están en las aulas o en centros de acogida, las familias ven la realidad de manera distinta. Muchos solo han vuelto a clases los estudiantes de segundo de Bachillerato, ya que se avecina la PAU, dejando a los demás aún en casa.

El caos en la gestión ha sido evidente desde el principio, con la comunidad educativa denunciando la falta de orden y coordinación. Voluntarios se hicieron cargo de la limpieza inicial, pero la desinfección fue finalmente responsabilidad de Tragsa y Vaersa. Sin embargo, la Consellería no ha mandado a estos equipos para llevar a cabo la limpieza necesaria. Una afectada de Picanya comenta: “Es pura desidia y descoordinación”.

Los datos son alarmantes: de aproximadamente 97 centros afectados, se supone que más de 80 ya han vuelto a la normalidad, pero no hay garantías claras para las 28 escuelas que aún permanecen cerradas. Escuelas como el IES Berenguer Dalmau y el CEIP Rosa Serrano, a 26 días del desastre, siguen sin ser evaluadas, aumentando la incertidumbre sobre su futuro.

La comunidad educativa está cansada. A medida que se acercan las manifestaciones del sábado en Valencia, exigen la dimisión del Conseller José Antonio Rovira por su mala gestión. Muchas Ampas se están uniendo para protestar, demandando soluciones rápidas y efectivas.

Con plazos para solicitar plazas en centros de acogida extendiéndose hasta el 29 de noviembre, el futuro de estas familias sigue siendo incierto. A medida que se acerca la fecha límite, esperan que la administración tome acciones decisivas para garantizar la educación de sus hijos en un entorno seguro. ¡Las familias necesitan respuestas YA!