Rita Martorell, una talentosa artista nacida en Zúrich en 1971 pero criada en Cataluña, ha creado un puente artístico entre la política y la pintura en su actual exposición 'European Portraits', que se celebra en el espacio In Art de Luxemburgo hasta el 29 de noviembre. Este enclave, apodado la 'capital de Europa', evoca el legado de Robert Schuman, uno de los padres fundadores de la comunidad europea, lo que lo convierte en el escenario perfecto para su colección que incluye retratos de personalidades como Jean-Claude Juncker, Eduardo Punset y Fernando Morán, entre otros.

Desde que realizó su primer retrato de Punset, a instancias de su padre, Rita ha cosechado un reconocimiento notable en el mundo del retrato político. Su carrera se disparó en Barcelona y posteriormente en Estrasburgo, donde fue recomendada al Parlamento Europeo por el eurodiputado Carles Gasoliba. La emoción que siente por capturar la esencia de los líderes europeos es palpable, y no es para menos, ya que ha trabajado con numerosos políticos de renombre.

En el año 2000, su trabajo culminó en una exposición en el Parlamento Europeo, un reconocimiento que la llevó a retratar a figuras tan relevantes como Gerardo Fernández Albor, ex-presidente gallego, cuya obra ahora adorna la Galería de Ilustres del Bundestag.

Martorell reflexiona sobre su trayectoria de 25 años observando y retratando a estos personajes. En su última exhibición,, ha presentado 'Portrait of Politicians Past and Present' y ha decidido seguir adelante con una nueva colección que reúne 15 retratos representativos de los políticos europeos actuales. Su enfoque, lejos de ser solo técnico, se adentra en el alma de sus sujetos, un proceso que reconoce como transformador tanto para ella como para ellos.

Con cada retrato, las personalidades políticas se relajan y comparten experiencias que atraviesan sus vidas, como lo hizo Dolores Delgado, quien, tras un inicio de sesión tenso, se vio sorprendida por la vida implícita en su retrato. Los colores vibrantes y el simbolismo en sus obras capturan no solo la apariencia del retratado, sino también su historia personal.

A medida que el ciclo de la pintura política se cierra, Martorell confiesa su deseo de retratar a figuras icónicas de la cultura, como Pedro Almodóvar, a quien considera fascinante. Sin duda, su próximo capítulo prometerá ser igual de cautivador que su trayectoria hasta ahora.

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