Durante más de un siglo, una afirmación increíble ha persistido en libros de biología, artículos científicos y programas educativos: que la longitud total de los vasos sanguíneos del cuerpo humano asciende a 100,000 kilómetros, lo suficiente para envolver la Tierra dos veces. Pero, ¿es esto realmente cierto?

Un asombroso descubrimiento reciente de científicos del canal de divulgación Kurzgesagt ha desmantelado este mito, revelando que toda esta información carecía de un fundamento científico sólido.

Un viaje a la verdad científica

Los investigadores de Kurzgesagt, en un video esclarecedor publicado en YouTube, iniciaron su labor revisando la literatura científica actual, pero no encontraron respuestas definitivas. Su búsqueda los llevó a los años 90 y a libros como "Vital Circuits" de Steven Vogel y "Looking at the Body" de David Suzuki, pero estos tampoco citaban fuentes concluyentes.

Finalmente, tuvieron que retroceder hasta un artículo de Scientific American de 1959, que a su vez referenciaba un trabajo de 1922: "The Anatomy and Physiology of Capillaries" del Nobel August Krogh. Este científico había estimado la longitud total de los vasos sanguíneos basándose en un modelo idealizado de un hombre de 143 kilogramos, con 50 kilogramos de músculo puro. Este modelo, muy alejado de la realidad del cuerpo humano promedio, exageraba las cifras de tal manera que se volvió crucial para aceptar este error como un hecho.

La verdadera longitud revelada

Mientras Kurzgesagt recopilaba su investigación, un equipo internacional de científicos publicó un estudio en la revista Comparative Biochemistry & Physiology que utilizó modernos métodos de medición para determinar la longitud real de los vasos sanguíneos en el cuerpo humano. Este análisis concluyó que la longitud total se encuentra entre 9,000 y 19,000 kilómetros, lo que, aunque sigue siendo impresionante, no se acerca a la mítica cifra de 100,000 kilómetros.

¿Por qué es esto importante?

Este descubrimiento no solo desmantela un mito duradero, sino que subraya la importancia de verificar la información. La ciencia avanza constantemente, y es vital que los datos que usamos para entender nuestros cuerpos reflejen la realidad. Ahora que sabes la verídica longitud de tus vasos sanguíneos, compartelo y ayuda a desmitificar esta larga creencia que ha engañado a generaciones.

¡Recuerda que siempre es esencial cuestionar lo que escuchamos y leemos, especialmente cuando se trata de nuestro propio cuerpo!