El nuevo Estadio Santiago Bernabéu no solo ha transformado el horizonte de Madrid, sino que se ha convertido en un símbolo de modernidad y arquitectura avanzada. Con la inconfundible fachada de acero, este coliseo no deja a nadie indiferente; es un monumento que refleja tanto la historia del Real Madrid como su ambición de ser un referente global en el deporte.

Markus Pfisterer, socio adjunto de GMP, la firma de arquitectos que junto a L33 llevó a cabo esta monumental reforma, comparte en exclusiva con nosotrxs las complejidades y desafíos que enfrentaron durante el proceso. Uno de sus principales objetivos fue cumplir a cabalidad con las expectativas que se generaron desde su presentación en 2014. "Prometimos que nuestro diseño sería una proyección fiel de lo que el estadio llegaría a ser. Hemos logrado hacerlo, fue un trabajo arduo, pero cada detalle fue cuidadosamente planificado", comenta emocionado.

La elección de ser los arquitectos encargados del nuevo Bernabéu no fue fácil. Muchos competidores presentaron ofertas agresivas y diseños innovadores, pero la confianza de Markus y su equipo nunca flaqueó. "Cuando comenzaron a copiar nuestra propuesta, supe que íbamos por el camino correcto. Sin embargo, la espera se hizo larga y eso generó ansiedad", explica.

Lo que más preocupa al arquitecto es que el nuevo estadio mantenga la esencia original, algo que consideraron vital. "El club decidió no trasladar el estadio a otra ubicación, lo que fue extremadamente inteligente. Preservar el legado del antiguo Bernabéu era crucial... Esta decisión significa que el espíritu y la herencia del club perduran."

La remodelación enfrentó un obstáculo inesperado: la pandemia de coronavirus. Aunque al principio supuso un parón, el hecho de que no se disputaran partidos durante un año y medio permitió que las obras avanzaran sin prisa. Sin embargo, el obtener todos los permisos del Ayuntamiento fue un proceso complicado, lleno de esperas y cambios de planes.

Uno de los elementos más destacados del diseño es su impresionante fachada de acero, que ha sido la preferida tanto del equipo como de los aficionados. "Este material no solo es estéticamente hermoso, sino que también es resistente y sostenible. Se eligió específicamente por su reflejo cambiante, adaptándose al entorno, lo que lo hace único entre otros estadios del mundo", agrega Markus.

A pesar de los elogios, algunas críticas surgieron sobre la separación de las lamas del estadio. Markus admite que hubo desafíos en la configuración: "El presidente quería que estuvieran mucho más cerradas, pero esto comprometía aspectos fundamentales como la ventilación y las salidas de emergencia. Alcanzar un equilibrio fue complicado, pero creo que logramos un diseño excepcional."

Sin embargo, no todo ha sido perfecto. Markus revela una decepción con el diseño del techo: "Nuestra propuesta original era un techo ligero, elegante y sin cables, pero el contratista optó por un diseño más pesado. Aunque no fue lo que imaginamos, el estadio en general ha superado nuestras expectativas y ha sido muy bien recibido."

El nuevo Santiago Bernabéu no solo es un estadio, es una obra maestra arquitectónica que redefine el concepto de experiencias deportivas. Con su inauguración, se espera que se convierta en un atractivo turístico monumental, sumándose a los grandes atractivos de la vibrante ciudad de Madrid.