Diego Alburez-Gutierrez, jefe del grupo de Desigualdades de Parentesco en el Instituto Max Planck de Investigaciones Demográficas, ha revelado preocupantes tendencias sobre la estructura familiar y los retos demográficos que enfrentamos hoy en día. Según él, «las familias son más pequeñas, delgadas y alargadas: ya no tenemos tantos primos, sino que tenemos más abuelos vivos al mismo tiempo». Esto plantea la posibilidad de que en diferentes hogares se tengan que cuidar de múltiples generaciones, donde un anciano podría lidiar con la responsabilidad de cuidar tanto a sus padres como a su nieto.

En el contexto de este fenómeno, Alburez-Gutierrez destaca que la disminución de la tasa de natalidad es alarmante no solo en España, sino también en países nórdicos. En España, por ejemplo, la tasa de natalidad ha ido en descenso, y se prevé que esta tendencia continúe en los próximos años. Este estancamiento demográfico puede llevar a una carga aún más pesada sobre las generaciones mayores, que se verán forzadas a convertirse en cuidadores de varias generaciones a la vez.

Investigaciones recientes sugieren que la tendencia de familias más pequeñas implica que los vínculos entre las generaciones se vuelven más críticos. En un futuro cercano, se anticipa que muchas personas de edad avanzada se enfrentarán al desafío de proporcionar apoyo emocional y económico a varios miembros de su familia, lo que podría tener repercusiones significativas en su bienestar.

Por tanto, la creciente necesidad de cuidados intergeneracionales es un tema que demanda atención urgente por parte de los responsables políticos, quienes deben considerar políticas que apoyen a estas familias y gestionen de manera efectiva la carga que representa el cuidado de ancianos, padres y nietos.