
El asteroide 2024 YR4: ¿Un impacto lunar que podría cambiar nuestra comprensión del cosmos?
2025-03-31
Autor: Lucia
El asteroide 2024 YR4, que había levantado alarmas hace poco más de un mes por una supuesta probabilidad del 3,1% de impactar contra la Tierra dentro de ocho años, ha generado un nuevo interés científico al estimarse que, en cambio, podría colisionar con la Luna. Este asteroide, de aproximadamente 60 metros de longitud, fue estudiado recientemente utilizando el avanzada telescopio James Webb, un recurso clave de las agencias espaciales internacionales.
Los informes preliminares indican que las posibilidades de un impacto contra la Tierra son prácticamente inexistentes, pero revelan que existe alrededor de un 2% de probabilidad de que 2024 YR4 se estrelle contra nuestro satélite natural. Julia de León, una de las investigadoras del Instituto de Astrofísica de Canarias, celebra esta noticia: "Si impacta contra la Luna no sería peligroso para nosotros, pero sería una oportunidad estupenda para observar un impacto lunar y sus consecuencias a corto plazo.”
La historia del asteroide ha captado la atención mundial desde febrero, cuando tanto la NASA como la ESA (Agencia Espacial Europea) advirtieron sobre sus posibles riesgos. Sin embargo, múltiples observaciones permitieron descartar la preocupación inicial, llevando la comunidad científica a enfocarse en el impacto contra la Luna, que promete ser espectacular desde el punto de vista astronómico.
El tamaño del asteroide 2024 YR4, siendo superior a los 50 metros, supera el umbral que activa al Grupo Asesor para la Planificación de Misiones Espaciales de Naciones Unidas, un equipo que propone estrategias para desviar objetos peligrosos que amenazan con colisionar con la Tierra. De León advierte que, a partir de este tamaño, el potencial de daño incrementa significativamente, pudiendo causar estragos en un radio de hasta 100 kilómetros. Esto recuerda al asteroide de Cheliábinsk, que, con solo 20 metros de diámetro, liberó una energía igual a 35 bombas atómicas al entrar en la atmósfera en 2013, causando miles de daños y lesiones.
La comunidad de expertos en defensa planetaria, que una vez estuvo alarmada por el posible choque con la Tierra, ahora mira con entusiasmo la posibilidad de un choque lunar. De León expresa su optimismo: "Ojalá impacte. Podríamos hacer un seguimiento exhaustivo con telescopios espaciales y desde la Tierra. Sería increíble para la ciencia.” En mayo, su equipo tiene programado volver a utilizar el telescopio James Webb para continuar observando el asteroide y ajustar aún más las estimaciones de su probabilidad de colisión con la Luna. Este evento podría ofrecer a los científicos una lección invaluable sobre el comportamiento de los asteroides y sus interacciones con cuerpos celestes.