El FC Barcelona ha tenido un inicio complicado en La Liga, logrando apenas 1 punto de los últimos 6 posibles. Extrañamente, decisiones del VAR en Anoeta y el desempeño de Koundé en Balaídos han frustrado lo que podría haber sido una racha histórica para el equipo. Pese a dominar la posesión del balón (70% contra la Real y 59% ante el Celta), el Barçá no ha podido gestionar los encuentros de manera efectiva, incluso teniendo una ventaja de 0-2 en Vigo.

Durante la rueda de prensa, cuando se le cuestionó acerca de la falta de capacidad en el último tramo del partido, Flick no dudó en señalar que el mal rendimiento fue generalizado, recordando que desde el minuto 3, Iago Aspas falló una oportunidad clara y que Douvikas tuvo otro momento favorable a los pocos instantes. Asombrados, notamos que el Celta ya había ejecutado cuatro saques de esquina en el minuto 20. Y, aunque al inicio del segundo tiempo se produjeron errores graves de Iñigo, el resultado final fue un empate 2-2 gracias a las increíbles intervenciones de Iñaki Peña en la portería.

Más allá de la lesión de Lamine Yamal y la expulsión de Casadó, el Barça ha mostrado aspectos de su juego más parecido a épocas pasadas. Flick, conocido por su autocrítica, afirmó que “cuando juegas al 80 o 85%, no puedes ganar”, lo que lleva a preguntarse: ¿por qué desde el descanso contra el Espanyol, ha disminuido notablemente la intensidad en su juego? En los últimos tres partidos, el equipo ha presionado menos, robado menos balones en fases peligrosas, y esto a su vez, ha dejado mucho espacio para que los rivales se acomoden en el terreno de juego.

Un motivo psicológico podría ser que, tras aplastar al Bayern y realizar una increíble victoria de 0-4 contra el Real Madrid, algunos jugadores del Barçá han podido sobrestimar sus capacidades. La confianza es clave en el fútbol, pero también lo es la humildad y el trabajo arduo. Los aficionados están comenzando a manifestar su preocupación y, si no se corrigen estos errores de inmediato, podría ser un largo camino hacia la recuperación. El reto para Flick y sus jugadores es claro: recuperar la competitividad y demostrar que pueden cerrar partidos con autoridad. ¿Logrará Barça revertir esta situación, o seguirá en la cuerda floja? La respuesta podría acercarse más de lo que muchos creen.