El Manchester City se enfrentó al Fulham en un electrizante partido, donde su misión de reemplazar a Rodri en el centro del campo fue más que cumplida por Mateo Kovacic. El croata no solo brilló en defensa, sino que también guió el juego ofensivo de su equipo con autoridad, creando oportunidades y asediando el área rival. Su actuación fue imponente, marcando los dos goles que le dieron la victoria al City y aseguraron su lugar en la pelea por el título de la Premier League, manteniendo el ritmo con el líder, Liverpool.

El inicio del partido fue absolutamente deslumbrante, con Gündogan y Haaland generando claras oportunidades en los primeros minutos, aunque ambos disparos se fueron desviados. A pesar de los intentos ofensivos, el Fulham, con Iwobi y Traoré desplegando velocidad en las bandas y la habilidad de Pereira y Jiménez en el centro, logró crear peligro. Traoré estuvo cerca de anotar en una gran ocasión, pero Ederson se mostró imbatible en el mano a mano.

El City, cómodo en posesión, pero sintiendo presión, permitió que el Fulham sorprendiera. En el minuto 26, Iwobi centró desde la derecha, Jiménez prolongó el balón de manera ingeniosa, y Pereira no perdonó, abriendo el marcador. Sin embargo, el Fulham dejó escapar la oportunidad de aumentar su ventaja cuando Traoré disparó alto ante la salida de Ederson.

En un giro dramático, los mancunianos empataban tras un córner. Kovacic se aprovechó de un balón suelto, cuyo tiro, desviado por Andersen, dejó sin opciones a Leno. El City parecía despertar, pero la presión no fue sostenida, con Bernardo y Grealish lejos de ser incisivos y Haaland casi no tocando el balón en situaciones peligrosas.

En la segunda mitad, Kovacic volvió a brillar y le dio la ventaja al City apenas comenzó el segundo tiempo, marcando un espectacular gol desde la frontal del área, mientras el Fulham parecía todavía en los vestuarios. A pesar de algunos intentos de despertar por parte del Fulham, Ederson se impuso una vez más ante Traoré en un mano a mano crucial.

Doku, que entró en la segunda mitad, parecía sellar el destino del partido con un potente disparo que dejó sin respuestas a Leno en el minuto 82. Sin embargo, la emoción no terminó ahí; Muniz, en un giro inesperado, anotó el gol que puso el definitivo 3-2 en el marcador, sorprendiendo a todos justo antes del pitido final. La pasión y el dramatismo de la Premier League una vez más dejaron a los aficionados al borde de sus asientos.