El desengaño de la Finalissima: ¿Un torneo condenado al fracaso?
2024-11-18
Autor: Manuel
La ilusión alrededor de la Finalissima parece desvanecerse rápidamente. Lionel Scaloni, el actual director técnico de la selección argentina, expresó su escepticismo sobre la posible realización de este esperado enfrentamiento contra España. En conferencia de prensa, Scaloni no se guardó nada y afirmó de forma contundente: "Está complicado. Por el calendario que hay, no la veo posible. Desde junio hemos jugado un montón".
Su sinceridad refleja la dura realidad a la que se enfrenta tanto Argentina como España, campeonas de la Copa América y la Eurocopa, respectivamente. Aunque el concepto de la Finalissima, surgida con el objetivo de enfrentar a los campeones de estos torneos, había sido revivido recientemente tras un acuerdo entre UEFA y Conmebol, los obstáculos logísticos han resultado ser insuperables.
A pesar de ser un formato que podría parecer sencillo de organizar —un único partido a 90 minutos sin prórroga—, la complejidad del calendario de fútbol moderno ha hecho que las posibilidades de concretar dicha fecha se tornen escasas. La última vez que se realizó esta competencia fue en 2021, donde Argentina ganó a Italia, y en ese momento se dejó ver la gran expectativa y la nostalgia que genera este evento. Sin embargo, la situación actual dista mucho de aquella ocasión.
El reciente resultado clasificatorio para el Mundial de 2026 también ha puesto más presión sobre las selecciones. Mientras que España se prepara para la Naciones League, Argentina tiene que enfocarse en las eliminatorias sudamericanas. Así, los espacios para encontrar una fecha se llenan rápidamente. Las ventanas de marzo, junio y septiembre de 2024 parecen inamovibles y se superponen con otros compromisos importantes, dejando casi sin opciones a los organizadores.
El año 2025 surge como la única esperanza lógica, pero incluso ahí la situación no promete ser favorable. Con competiciones continentales ya programadas, el tiempo se agota, y cualquier intento de modificar el calendario parece poco realista. A lo sumo, un encuentro que merecía ser un choque de titanes podría terminar siendo un simple amistoso, lejos de la grandeza que la Finalissima pretende representar.
El descontento y las frustraciones no se limitan solo a este posible partido, ya que el caso del aplazamiento del Valencia-Real Madrid por las condiciones climáticas nos recuerda que la logística de organizar partidos se vuelve cada vez más complicada, y esto redunda en el fútbol internacional. En medio de esta tormenta de dificultades, ¿podrá algún día la Finalissima encontrar su lugar en el calendario futbolístico o quedará como un sueño fallido en la mente de los aficionados?