Cada año, en Galicia se diagnostican más de 11,000 casos de herpes zóster, una condición que afecta a muchas personas y que puede convertir la vida cotidiana en un verdadero calvario. Esta enfermedad, también conocida como culebrilla, es causada por la reactivación del virus varicela-zóster, el mismo que provoca la varicela en la infancia.

Los síntomas del herpes zóster pueden incluir erupciones cutáneas, picazón y, lo más angustiante, un dolor intenso que, según muchos afectados, puede ser aún peor que el dolor de un parto. Como relata una paciente: “Fue el dolor más grande que tuve en mi vida; no había nada que pudiera aliviarlo”. Este testimonio resalta la gravedad de la afección y la necesidad de buscar tratamiento inmediato.

Además de las molestias físicas, el herpes zóster puede generar complicaciones a largo plazo, como la neuralgia postherpética, que consiste en un dolor persistente incluso después de que las lesiones han sanado. Se estima que hasta el 20% de los pacientes pueden experimentar este efecto debilitante.

La prevención es clave en el manejo de esta enfermedad. La vacunación contra el herpes zóster está recomendada para adultos mayores, ya que la inmunidad al virus disminuye con la edad. Asimismo, es importante mantener una buena salud general y un sistema inmunológico fuerte.

Con la llegada del invierno y los cambios en el clima, es fundamental estar conscientes de los síntomas y actuar rápidamente si se sospecha de un brote. La atención médica temprana puede marcar la diferencia entre un episodio manejable y uno incapacitante.