El Racing de Ferrol se dejó la piel en el campo, pero no pudo pasar del empate a cero frente al Levante, un resultado que continúa condenando al equipo gallego. A medida que las jornadas avanzan, el Racing se asoma más al abismo del descenso, y lo que es peor, la suerte parece haberles dado la espalda. El delantero estrella, Jauregi, se quedó fuera de la convocatoria en el último momento por una lesión muscular, lo que dejó al equipo sin su máximo goleador.

A pesar de un inicio titubeante, donde el Levante mostró sus intenciones de llevarse el partido con un disparo de Iván Romero, el Racing logró crear algunas oportunidades, aunque la falta de puntería les persiguió toda la tarde. Álvaro Giménez tuvo la oportunidad de adelantar a los ferrolanos desde el punto de penalti, pero el portero del Levante, Andrés Fernández, le ganó el duelo al despejar su tiro a córner, dejando a los seguidores del Racing con más frustración que esperanza.

La situación se volvió más complicada para el Racing al acumular solo 13 puntos en 15 partidos. Ahora, deben enfrentarse a un partido crucial el miércoles contra el Castellón, donde sumar los tres puntos se vuelve vital para intentar salir del fondo de la tabla. En el último encuentro, el Levante, decidido a mantener la presión, dominó el juego desde el inicio y creó múltiples ocasiones de gol, mientras los ferrolanos buscaban ansiosamente una forma de acercarse al área rival.

Sin embargo, el Racing mostró un leve resurgir en la segunda parte; aunque tuvieron más llegadas, su falta de definición volvió a ser el talón de Aquiles. En una decisión táctica, el entrenador Cristóbal sustituyó a Puric, quien había recibido una amarilla, para introducir a David Castro en defensa. A pesar de los cambios, las oportunidades de gol seguían escasas, y aunque los ferrolanos se esforzaron, el gol se les volvió esquivo.

Un momento emocionante llegó cuando Cristóbal decidió incluir a dos jugadores jóvenes: Julián Delmás y el prometedor David Carballo, este último aplaudido por la afición. Aunque el público mostró su apoyo incondicional, el Racing no logró concretar sus esfuerzos y el partido terminó con un empate que dejó un sabor amargo.

El final del encuentro dejó un susto en el aire, tras un gol anulado al Levante por fuera de juego, pero lo realmente importante para el Racing es que necesitan urgentemente cambiar su racha. Con su situación clasificatoria en una soga, cada punto cuenta, y si no empiezan a marcar goles, las victorias parecerán un sueño lejano. El equipo necesita actuar rápido y profundo, sobre todo en la delantera, si quiere mantener vivas sus esperanzas de permanencia en la categoría.

La afición sigue creyendo en su equipo, pero los corazones empiezan a palpitante más por la ansiedad que por el optimismo. La presión se acumula y el Racing debe encontrar la forma de canalizar esa energía en goles si espera no caer en el abismo del descenso.