La historia del Real Madrid está marcada por su carácter ganador, pero cada derrota se convierte en un drama y la última ante el Liverpool (2-0) ha desatado una ola de preocupaciones. A medida que los días pasan, las horas de análisis y reflexión sobre el partido se suceden, dejando al descubierto un contexto complicado. La situación es alarmante no solo por el número creciente de derrotas, sino por comportamientos que pueden poner en riesgo la esencia del club.

La reciente debacle en Anfield expuso las falencias del equipo, en especial la falta de confianza de Kylian Mbappé, quien en un momento crucial no logró vaticinar su fallo tras un penalti. Además, la grave situación de lesiones ha dejado al equipo en una posición vulnerable. La actuación del portero Thibaut Courtois ha sido digna de mención, pues está siendo el salvador de un Real Madrid que parece estar a la deriva.

Sin embargo, lo más preocupante para la directiva y seguidores es el conformismo que han manifestado tanto Ancelotti como algunos jugadores en sus declaraciones posteriores al partido. El técnico italiano se mostró positivo, afirmando: "El equipo me ha gustado, porque hemos competido bien contra el rival más complicado del continente". Estas palabras no han sentado bien en un vestuario que se siente inquieto y que es consciente de que, aunque el Liverpool es un rival formidable, la performance del Madrid dejó mucho que desear.

La crítica en Valdebebas se agita y se escucha que algunos jugadores no están sacando el máximo partido de su potencial. El vestuario argumenta que tras la derrota contra el Milan, el equipo mostró una mejoría ante Osasuna y Leganés, a pesar de que se reflejó una falta de carácter en Anfield. La defensa mostró grandes debilidades, con alineaciones improvisadas y la ausencia de jugadores clave como Vinicius y Camavinga.

Un clima de descontento se asoma en el ambiente, especialmente hacia Ancelotti, cuyo liderazgo es cuestionado tras las últimas actuaciones. Las derrotas en el Clásico y contra el Milan han erigido un sentimiento de tensión palpable dentro del club. Se dice que la dirección deportiva ya comenzó a considerar alternativas, como lo señala el rumor sobre Solari, aunque el club no desea que la situación llegue a tal extremo.

El desafío se intensifica con un calendario apretado y decisivo en las próximas semanas. Siete partidos en solo 22 días incluyen adversarios complicados y un crucial choque de Champions que podría definir el futuro del Madrid. El partido contra el Sevilla, al final de este mes, también servirá de termómetro para medir la salud del equipo en la Liga.

Ancelotti, a pesar de las críticas, sigue mostrando fe en la recuperación del equipo. Se siente respaldado por los jugadores y confía en que se produzcan las reacciones necesarias ante la adversidad. Pero la pregunta que todos se hacen es, ¿sería suficiente su optimismo para revertir la creciente tensión y conformismo en el Real Madrid? Este es un tema que quedará por analizar en los próximos días, mientras que el futuro del equipo en el presente torneo europeo pende de un hilo.