El inicio de la temporada actual es desolador para el Real Madrid, ya que ha registrado un balance de 1-2 después de las tres primeras jornadas de la Liga Endesa. Esta cifra marca el peor arranque de la plantilla desde la temporada 2003-04, un año recordado por la inestabilidad y el mal rendimiento del equipo. En aquel entonces, los aficionados tenían en mente a jugadores como Alberto Herreros y Álex Mumbrú, mientras que la dirección técnica estaba a cargo del argentino Julio Lamas.

En contraste, el actual Real Madrid parece un barco a la deriva. Con un total de cuatro derrotas en siete partidos oficiales, el cuadro blanco vive una situación anómala, sumando frustración en un calendario que no ha sido exigente. Mientras que el año pasado, alcanzaron la cuarta derrota el 14 de enero, ya han llegado a esa cifra en octubre.

Pese a las esperanzas tras una perspectiva ligera de recuperación contra Casademont Zaragoza y Partizán, el equipo mostró su peor cara al caer ante el Surne Bilbao Basket. Las sensaciones en el vestuario son aún más alarmantes que las estadísticas. La ausencia de jugadores clave se siente profundamente, y los nuevos fichajes luchan por adaptarse. Además, los problemas de lesiones de Andrés Feliz y Usman Garuba han añadido estrés a un equipo que ya enfrenta dificultades.

Mario Hezonja, uno de los jugadores con más potencial, expresó su preocupación sobre la falta de química en el equipo. "Jugamos con muchos jugadores, pero se nos cambia el ritmo y es muy difícil para los nuevos adaptarse y encontrar un buen entendimiento en la cancha", comentó el croata.

La situación se complica con la lesión del base, que podría llevar a la dirección a considerar un refuerzo en esa posición. La disminución en el rendimiento del equipo cuando Facundo Campazzo se sienta en el banquillo es evidente. Ante esta crisis, la llegada de un nuevo director de juego parece más necesaria que nunca, especialmente tras la salida de Guerschon Yabusele. Afortunadamente, Eli John Ndiaye había mostrado un buen potencial, aunque su participación fue mínima en su último encuentro.

El ambiente en el vestuario no es nada alentador. Chus Mateo, el entrenador, intenta mantener la calma, aunque Hezonja no se corta al expresar su frustración. La necesidad de hablar sobre estos problemas es urgente, pero el entrenador menciona que suelen resolver las cosas internamente: "No nos gusta airear nuestros problemas", dijo.

En el choque contra Surne Bilbao Basket, las rotaciones se cortaron drásticamente, con Hezonja jugando todos los 20 minutos de la segunda mitad. La presión sobre los jugadores clave es preocupante en este punto tan temprano de la temporada. La incertidumbre reina en el seno del club, y los aficionados se cuestionan: ¿será esta la temporada en que el Real Madrid rompa con su pasado glorioso y caiga en la mediocridad? Solo el tiempo lo dirá, pero el futuro inmediato no se ve prometedor.