Salud

¡El sorprendente tesoro del excremento de insectos que transforma la agricultura!

2024-10-07

Autor: Marta

La idea de utilizar insectos como fuente de alimento puede parecer extravagante, pero cada vez se acerca más a nuestra realidad cotidiana. Se prevé que, para el año 2030, el mercado mundial de insectos comestibles supere los 3,000 millones de dólares en Europa. Ante la creciente necesidad de proteínas alternativas para la alimentación humana y animal, la crianza del gusano de la harina ha aumentado drásticamente en años recientes. Pero lo que muchos no saben es que estos gusanos también pueden ser aliados en el campo, y en especial, sus excrementos son una joya para la agricultura.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ya ha validado el consumo del gusano de la harina como alimento humano. Aunque en España aún no está del todo comercializado para este fin, Salamanca alberga una de las plantas de producción más grandes del mundo.

Es crucial entender que en nuestro contexto actual, donde enfrentamos crisis ecosociales, es imperativo encontrar formas de producir proteínas animales de manera sostenible. La cría de gusanos de la harina genera menos emisiones de metano y amoníaco, consume menos agua y tiene una huella de carbono negativa, lo que lo convierte en una alternativa viable.

Pero, ¿por qué es tan especial el gusano de la harina? Este insecto, conocido como ‘Tenebrio molitor’, no solo es una rica fuente de proteínas, sino que también promete revolucionar la agricultura a través de sus excrementos, conocidos como ‘frass’. Este subproducto es un cóctel nutritivo, compuesto por excrementos de larvas, restos de comida no digeridos y fragmentos de exoesqueleto, que resulta ser un valioso fertilizante orgánico.

El ‘frass’ destaca por su alto contenido en macronutrientes, comparable o superior al de otros fertilizantes orgánicos tradicionales, como estiércoles o purines. Proporciona nitrógeno, fósforo y potasio esenciales para los cultivos, y tiene el potencial de reemplazar total o parcialmente los fertilizantes minerales convencionales. Además, es rico en micronutrientes como manganeso, hierro, zinc, cobre y boro, que son fundamentales para el crecimiento saludable de las plantas.

Una de las características más notables del ‘frass’ es su descomposición rápida, permitiendo que nutrientes clave estén disponibles para las plantas mucho más rápido que otros fertilizantes orgánicos. Esto no solo favorece la salud del suelo al estimular la actividad microbiana, sino que también contribuye a la descomposición de la materia orgánica nativa, fortaleciendo así el ecosistema del suelo.

Desde una perspectiva microbiológica, el ‘frass’ está repleto de microorganismos beneficiosos que promueven el crecimiento de las plantas. Estos microorganismos son capaces de solubilizar fosfatos y potasio del suelo y fijar nitrógeno biológicamente. Al enriquecer los suelos con estos microorganismos, se mejora la salud de los cultivos, incrementando su resistencia a factores de estrés como sequías o salinidad.

A medida que exploramos el uso del ‘frass’, debemos tener en cuenta que la aplicación de excretas animales está regulada por normativas que garantizan la eliminación de patógenos nocivos. Sin embargo, en el caso del ‘frass’, es crucial encontrar un equilibrio para conservar los microorganismos beneficiosos durante cualquier tratamiento higiénico necesario.

En síntesis, el excremento del ‘Tenebrio molitor’ no solo es un ‘frass’ valioso, sino que se presenta como una solución innovadora que podría transformar la agricultura. A medida que seguimos investigando y desarrollando su uso, podríamos estar a punto de presenciar un cambio significativo hacia una agricultura más sostenible, eficiente y resiliente ante los desafíos del cambio climático.