Los fanáticos del fútbol tal vez recuerden la famosa delantera del FC Barcelona conocida como la MSN, compuesta por Messi, Suárez y Neymar. Sin embargo, pocos recuerdan a un joven canario que alguna vez estuvo entrenando entre ellos: Francisco José Perdomo Borges, conocido como Nili Perdomo. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1994, Nili se destacó como uno de los favoritos de Quique Setién en la UD Las Palmas, donde jugó junto a figuras como Kevin-Prince Boateng.

En 2016, decidió avanzar a uno de los clubes más prestigiosos de Europa, el FC Barcelona, donde bajo la dirección de Luis Enrique, Nili sintió que finalmente había llegado a su sueño. "Luis me dio toda la confianza en una época donde tenía que competir con Sergi Roberto y Aleix Vidal. Fue increíble", recuerda Nili. Sin embargo, su camino se vio obstaculizado por una serie de lesiones que incluyeron un esguince de rodilla y lumbalgia. Desgraciadamente, solo tuvo la oportunidad de jugar un partido de Copa del Rey.

"La presión de jugar en un club como el Barcelona, combinada con mis problemas personales y emocionales, fueron consecuencias desastrosas. Me caí en una depresión", confiesa en una reciente entrevista. A pesar de su gran talento, la mala gestión de su carrera y las amistades equivocadas influyeron en su capacidad para capitular en el fútbol de élite.

En enero de 2018, fue cedido al Albacete Balompié con la esperanza de recuperarse, pero la falta de oportunidades con el nuevo entrenador desilusionó su deseo de brillar. Desde entonces, su carrera ha sido una búsqueda continua en ligas menores, incluyendo diversas experiencias en el fútbol griego, donde hasta ahora ha jugado en seis equipos diferentes y ha acumulado más de 100 partidos. "Me queda fútbol y todavía tengo cinco o seis años para seguir jugando", asegura.

Si bien recuerda con nostalgia su tiempo en el Barça, donde se sentía como un privilegiado junto a jugadores de talla mundial, Nili ahora prioriza su familia y su hija, abrazando su nueva vida fuera de los focos. "La familia siempre está primero", dice con firmeza.

En sus reflexiones sobre su viaje, Nili aconseja a los jóvenes futbolistas que se mantengan alejados de malas influencias y que valoren a aquellos amigos verdaderos. "Los verdaderos amigos son escasos, y la familia es lo que realmente cuenta. En el fútbol, a veces también se necesita un toque de suerte", destaca.

Curiosamente, aunque su carrera ha tomado rutas inesperadas, Nili continúa admirando el fútbol y no pierde la esperanza de que su historia aún tiene capítulos por escribir. Mientras tanto, está atento a los nuevos talentos que emergen, especialmente a los jugadores jóvenes que parecen prometedores, y no duda en darles consejos: "Sigan adelante y no se desmotiven, el éxito no es un destino, sino un camino".