El trágico atraco en Vigo cumple diez años: un recuerdo imborrable para la Policía Nacional
2024-11-28
Autor: Francisco
El fatídico día ocurrió a las 14:00 horas del 28 de noviembre de 2014 en una sucursal de Abanca, ubicada en la calle Doctor Carracido, Vigo. Enrique Lago Fariñas, conocido como 'El escayolista', ingresó al banco en un momento crítico, justo antes de su cierre. Este atraco, marcado por un desenlace violento, dejó una profunda huella en la Policía Nacional y en la comunidad local.
Apenas había clientes en el banco, solo cuatro empleados que se vieron atrapados en una situación peligrosa. Cuando una de las trabajadoras logró salir y alertar a las autoridades, cuatro agentes de la policía acudieron al lugar. Lamentablemente, el atracador, con un extenso historial delictivo, fue abatido, pero no sin antes dejar dos policías heridos: Vicente José Alló Varona resultó gravemente herido y Vanessa María Lage Carreira perdió la vida.
Vanessa, de solo 36 años, fue trasladada al hospital, pero falleció poco después de su llegada. Su muerte conmocionó a sus compañeros y desató un fuerte debate sobre la seguridad de los agentes, puesto que Vanessa no estaba equipada con un chaleco antibalas en el momento del incidente. Esta carencia fue denunciada posteriormente por el Sindicato Unificado de Policía (SUP), pero la denuncia acabó archivada, lo que dejó un sentimiento de frustración entre los agentes.
El operador del crimen, al ver la presencia policial, optó por usar a la subdirectora como rehén, llevándola delante como escudo humano, mientras sostenía una pistola calibre 9 mm Parabellum. Con el rostro cubierto, salió del banco y comenzó a disparar sin previo aviso a los agentes que se encontraba frente a él. En medio del caos, un disparo alcanzó levemente a la rehén, quien intentó liberarse de su captor.
Justo al atacar a los dos primeros policías, el atracador disparó al menos en dos ocasiones contra Vanessa, quien se encontraba en la escena tratando de calmar la situación. A pesar de sus intentos, fue impactada y cayó al suelo, mientras que Vicente fue herido con hasta cinco disparos. Este último pudo informarle a la central que necesitaban asistencia urgente.
La trágica confrontación terminó en cuestión de minutos, dejando no solo al atracador y a Vanessa muertos, sino también un legado de dolor y pérdida que persiste hasta hoy en la memoria de la Policía Nacional y la comunidad de Vigo. La memoria de aquella fatídica tarde ha llevado a muchas reformas en la seguridad y el equipamiento de los agentes, así como una mayor conciencia sobre la seguridad en el trabajo policial.
Diez años después, los ecos de aquel trágico evento siguen resonando, recordándonos la fragilidad de la vida y la valentía de quienes eligen protegernos a costa de su propia seguridad.