En un giro inesperado e impactante, la vicepresidenta de Filipinas, Sara Duterte, lanzó el pasado sábado una amenaza pública que ha dejado a todos sin aliento. En una conferencia de prensa transmitida en línea, Duterte reveló que ha contratado a un asesino para eliminar al presidente Ferdinand Marcos Jr., a su esposa y al presidente de la Cámara de Representantes si algo le ocurre a ella. "No es una broma", enfatizó, desatando un torrente de reacciones tanto a nivel nacional como internacional.

Durante su discurso, Duterte, que es abogada y tiene 46 años, arremetió contra Marcos, describiéndolo como un incompetente y mentiroso. `"He hablado con una persona y le dije: si me matan, que maten a Marcos, a la primera dama y a Matin Romualdez. No es broma", manifestó, dejando claro que su advertencia no sería tomada a la ligera.

En respuesta a las inquietantes declaraciones de la vicepresidenta, Lucas Bersamin, Secretario Ejecutivo de la presidencia, informó que la "amenaza activa" contra el presidente había sido derivada a un grupo de élite de la guardia presidencial para que tomen las medidas necesarias. Por su parte, el Mando de Seguridad Presidencial ha reforzado la custodia del presidente, considerando que la situación planteada por Duterte es cuestión de seguridad nacional.

No obstante, tras la tormenta mediática que desató, Sara Duterte intentó suavizar sus palabras, afirmando que sus declaraciones no constituían una amenaza real, sino simple preocupación. "¿Por qué iba a matarlo si no es por venganza desde la tumba?", cuestionó durante su encuentro con los medios.

Las implicaciones legales de sus palabras son severas; bajo el código penal filipino, este tipo de declaraciones pueden constituir un delito de amenaza, lo que podría llevar a sanciones penales. La Constitución filipina establece que en caso de muerte o incapacidad del presidente, el vicepresidente asume el cargo, lo que añade un nivel de tensión a la situación actual.

La razón detrás de este increíble enfrentamiento radica en las diferencias políticas que surgieron entre Duterte y Marcos, a pesar de haber sido compañeros de fórmula en las elecciones presidenciales de mayo de 2022. Mientras los Duterte son vistos como aliados de Beijing, Marcos ha estado fortaleciendo los lazos de Filipinas con Estados Unidos, lo que ha llevado a un distanciamiento palpable entre los dos líderes.

En un ambiente ya tenso, el ex presidente Rodrigo Duterte, padre de Sara y figura controvertida por su campaña antidrogas, ha sido mencionado, dado que miles de muertes injustificadas se han atribuido a él durante su mandato. La Corte Penal Internacional investiga estas acciones como posibles crímenes contra la humanidad.

Las fuerzas armadas de Filipinas han hecho un llamado a la calma en medio de esta crisis política, asegurando su compromiso con la democracia y la autoridad civil. Mientras tanto, todos los ojos están puestos en Sara Duterte y cómo manejará las consecuencias de sus impactantes afirmaciones en este tumultuoso panorama político del país.