La Universidad Complutense de Madrid ha decidido cancelar el máster relacionado con Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, lo que ha generado un intenso debate sobre la gestión académica y la transparencia en las instituciones de educación superior. Según la UCM, la decisión se tomó debido a la falta de alumnos inscritos. Gómez, en una declaración controversial, reveló que la cancelación fue inesperada y protesta por lo que considera un procedimiento inusual.

En un giro intrigante, la Universidad expuso que, a pesar de las afirmaciones de Gómez sobre tener más de 50 preinscripciones, la realidad es que solo había 12 preinscritos, y de estos, apenas cuatro se matricularon: dos en la modalidad presencial y otros dos en línea. Esto plantea serias preguntas sobre la viabilidad del programa y su relevancia entre los estudiantes.

El máster en captación de fondos públicos, que había estado en funcionamiento durante una década, ahora se une al cierre de la cátedra de Transformación Social Competitiva. Este golpe a la reputación de la UCM llega en un momento delicado para el gobierno, que defiende la pulcritud en la conducta de Gómez y solicita intervenir en la investigación judicial que la involucra. Las alegaciones de riesgo de "daño reputacional" parecen haber influido en la decisión.

Begoña Gómez expresó en su perfil de Linkedin que la cancelación a tan solo 20 días de cerrar inscripciones es un acto "anómalo" que va en contra de la misión esencial de formación educativa.

En este contexto, muchos se preguntan: ¿por qué no hubo más interés por parte de los alumnos en un máster asociado a una figura tan prominente? Con la creciente atención mediática y el escrutinio público, lo que está claro es que este episodio ha revelado las tensiones entre la política y la academia, y las implicaciones que esto puede tener para la confianza pública en las instituciones educativas.