Ciencia

¡Escándalo Internacional! El Método 'Matemático' de EE.UU. para Calcular Represalias Comerciales que Deja en Shock al Mundo

2025-04-03

Autor: Manuel

El miércoles por la tarde, en un evento cargado de dramatismo, Donald Trump sorprendió al mundo al presentar unas enormes tablas que contenían los aranceles que iba a imponer a sus socios comerciales. Esta singular presentación hizo que gobernantes de varios países se quedaran atónitos ante la aparente falta de fundamento en dichos cálculos. En su argumentación, Trump afirmaba que sus asesores habían realizado un análisis exhaustivo del costo de las restricciones comerciales que otros países aplican a los productos estadounidenses. Sin embargo, las cifras ofrecidas por Trump provocaron dudas en los economistas de todo el mundo. Por ejemplo, Trump aseguraba que la Unión Europea aplica un recargo global del 40% a los productos estadounidenses, lo que llevó a la Casa Blanca a responder con una reducción de aranceles que, según él, mostraba una "bondad" hacia sus socios.

Aunque este argumento fue repetido por Trump, quienes analizan la economía internacional rápidamente desmintieron estas cifras. No hay evidencia alguna que demuestre que la UE impone un 40% de aranceles a los productos norteamericanos, ni siquiera contando todas las tarifas e impuestos aplicables. De hecho, el propio Secretario de Comercio mencionó que algunas restricciones comerciales han sido mal categorizadas, argumentando que prácticas como la verificación del origen de productos no deben ser consideradas como barreras.

La realidad es que el método considerado 'matemático' por la administración Trump es, según muchos economistas, una simplificación errónea del déficit comercial de EE.UU. con un país específico. Este déficit se calcula dividiendo el total de importaciones de EE.UU. por el déficit comercial generado, desestimando el impacto de los servicios, que son una parte crucial de la ecuación económica. Por ejemplo, en 2024, EE.UU. exportó productos a Europa por valor de 370.200 millones de dólares, mientras que importó productos por 605.800 millones, resultando en un déficit de 235.600 millones de dólares, que equivale al 39% que aparece en los informes oficiales.

Esta aproximación no solo es engañosa, sino que ignora el efecto positivo que las exportaciones de servicios tienen en la balanza comercial. La administración Trump parece considerar cualquier déficit como una justificación para incrementar sus tarifas, algo que ha llevado a la mayor subida de aranceles en un siglo, superior a los niveles de la ley proteccionista Smoot-Hawley de 1930.

El gobierno estadounidense argumenta que los aranceles se calculan para equilibrar estos déficits comerciales, sugiriendo que la solución está en aumentar impuestos a las importaciones. Sin embargo, este enfoque ignora factores cruciales como la fortaleza del dólar y las diferencias de precios. Por ende, países como China, Alemania y Japón son criticados por prácticas que, según Trump, comprometen a las industrias estadounidenses, aunque muchas veces estas “políticas” son simplemente estrategias económicas legítimas.

Es alarmante cómo las pequeñas naciones, muchas de ellas islas o economías sumamente vulnerables, están siendo golpeadas con aranceles de hasta el 50% debido a una lógica que parece más política que económica. Las repercusiones de estas decisiones podrían ser devastadoras para las economías locales que dependen de relaciones comerciales saludables con la potencia económica más grande del mundo. En un contexto global interconectado, la estrategia de Trump podría tener efectos colaterales que amplifiquen las tensiones comerciales y afecten a millones de personas en todo el planeta.