La tensión en Oriente Medio está alcanzando niveles alarmantes. Con el reciente ataque con misiles de Irán a Israel, la comunidad internacional observa con profunda preocupación. Hoy, Daniel Hagari, portavoz del Ejército de Israel, ha declarado que su país responderá en las próximas semanas: "La manera en que responderemos a ese vergonzoso ataque será en la forma, el lugar y el momento que decidamos, de acuerdo con las instrucciones de la dirección política".

Jesús Núñez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), ha compartido su análisis sobre la situación actual. Según él, es poco probable que ocurra una invasión terrestre por parte de cualquiera de las naciones. "Considerando la distancia entre Israel e Irán, en términos terrestres nadie invadirá a nadie, y en términos navales, ambos países carecen de una gran armada", señala.

Sin embargo, Núñez Villaverde advierte que Israel cuenta con una capacidad aérea muy superior a la de Irán. "La respuesta israelí probablemente se basará en esta ventaja, donde intentarán realizar un ataque significativo", añade. Este ataque inicial podría ser un golpe artillero combinado con ataques aéreos dirigidos a infraestructuras clave, como instalaciones petrolíferas o el programa nuclear iraní.

Además, varios analistas coinciden en que la escalada de hostilidades podría tener repercusiones importantes no sólo para la región, sino para el mundo entero. Las economías dependientes del petróleo podrían sufrir oscilaciones en los precios debido a la inestabilidad, y las organizaciones internacionales ya están en alerta máxima ante una posible crisis humanitaria.

Mientras tanto, las voces de la diplomacia intentan restablecer canales de comunicación para evitar una catástrofe mayor. La pregunta en el aire es: ¿serán suficientes estos esfuerzos para desescalar un conflicto que podría desatar una guerra en toda regla?