Este sábado, el mundo del cine se viste de luto con la muerte del aclamado actor Ángel del Pozo a la edad de 90 años. Su deceso fue anunciado por el programa Fiesta de Telecinco, generando una gran conmoción entre los aficionados al cine y a los spaghetti western, un género que él ayudó a popularizar.

Del Pozo fue un verdadero pionero en su campo, participando en más de 60 producciones cinematográficas, de las cuales más de 30 pertenecen al género western. Se destacó junto a grandes figuras del cine internacional como Lee Van Cleef, Christopher Lee, Jean Rochefort, Yul Brynner y Orson Welles, aportando su singular carisma y talento.

Su carrera despegó en la década de 1960, con películas memorables como Margarita se llama mi amor y Vuelve San Valentín. También dejó su huella en La cuarta ventana y en la coproducción hispano-italiana Cara a cara, consolidándose como una figura esencial del séptimo arte.

No solo fue un talentoso actor, sino que también se aventuró en la dirección, dando vida a emotivas historias en películas como La promesa, donde dirigió a la célebre Carmen Sevilla y al talentoso Antonio Ferrandis. Además, su gran experiencia en el cine lo llevó a desempeñarse como productor ejecutivo y responsable de relaciones públicas en Gestevisión Telecinco desde los años 90 hasta 2008.

La pérdida de Ángel del Pozo representa un capítulo cerrado en la historia del cine español y del spaghetti western. Su legado perdurará en la memoria colectiva, recordándonos la rica diversidad y el talento que la industria cinematográfica ha ofrecido a lo largo de las décadas. Muchos se preguntan cómo será recordada su huella en el cine y qué nuevas generaciones de actores seguirán su camino.