El Ministerio de Defensa de Rusia anunció hoy que sus sistemas de defensa antiaérea interceptaron dos misiles británicos de largo alcance Storm Shadow. Estos misiles fueron utilizados por primera vez por el Ejército ucraniano en un ataque contra territorio ruso, específicamente la región de Kursk, lo que marca una escalada significativa en el conflicto. Los analistas sostienen que este ataque podría abrir la puerta a represalias más severas de Rusia.

Recientemente, otros informes confirman que Rusia sufrió un ataque previo por parte de Ucrania con misiles balísticos ATACMS fabricados en EEUU. En dicha ocasión, se aseguraron haber derribado cinco de esos misiles, aunque los fragmentos de uno impactaron en una instalación militar en Briansk, lo que intensificó la situación y elevó las tensiones entre las dos naciones.

Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, declaró que se están realizando "los máximos esfuerzos" para prevenir una guerra nuclear. Además, acusó a Estados Unidos de utilizar a Ucrania como un peón en su lucha contra Rusia. Peskov no confirmó el segundo ataque ucraniano y se refería a la denuncia previa de ataques con misiles que consideró una "nueva escalada".

Por su parte, el ataque ruso con un misil balístico intercontinental en Dnipropetrovsk ha causado disturbios significativos. El gobernador regional, Serhii Lisak, informó que se produjeron daños en la infraestructura industrial y incendios en la ciudad, aunque no se han reportado víctimas por el momento. El alcalde de Dnipropetrovsk, Boris Filatov, añadió que un centro de rehabilitación también se vio afectado durante los bombardeos.

A la par de estos eventos, el servicio de emergencias de Ucrania ha estado trabajando para controlar apagones de emergencia en varias regiones, incluyendo la capital, Kiev, y las regiones de Odesa, Dnipropetrovsk y Donetsk, como resultado de estos ataques.

A pesar de las fricciones, la embajada de Estados Unidos en Kiev ha reanudado operaciones normales tras un cierre temporal por el riesgo de ataques aéreos rusos. La embajada urge a los ciudadanos residentes en Ucrania a seguir las alertas de seguridad, destacando la inestabilidad de la situación.

Un punto crítico en esta guerra es la central nuclear de Zaporiyia, que ha estado bajo ocupación rusa desde el inicio del conflicto. Según el Ministerio de Energía de Ucrania, la planta está en riesgo de apagón debido a los ataques rusos. Ingenerios intentan restablecer la conexión eléctrica mientras se prevé una reunión del Organismo Internacional de Energía Atómica en Viena para abordar la situación.

En cuanto a la ayuda internacional, el presidente saliente de EE.UU., Joe Biden, ha propuesto condonar más de 4.600 millones de dólares de un préstamo concedido a Ucrania para su apoyo económico. Esta medida se suma a un paquete de asistencia adicional que también contempla armamento y entrenamiento para las fuerzas ucranianas.

Las tensiones entre Ucrania y Rusia han escalado aún más desde el uso de misiles Storm Shadow, lo que ha llevado a analistas militares a suponer que Gran Bretaña y Rusia están cada vez más al borde de un conflicto directo que podría tener repercusiones globales.

Por otro lado, las autoridades ucranianas han denunciado un nuevo episodio de ejecuciones de prisioneros de guerra a manos de las tropas rusas, lo que continúa alimentando el ciclo de violencia en una guerra que ya ha durado más de mil días. En este contexto, la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, ha reafirmado que el material militar enviado por su país a Ucrania no tiene capacidad para atacar territorio ruso, subrayando que el compromiso con la defensa de Ucrania todavía es sólido.

Además, el nuevo embajador de China en Ucrania, Ma Shengkun, ha llegado con planes de fortalecer las relaciones entre ambos países, lo que podría complicar aún más el panorama geopolítico en Eurasia y su potencial influencia en el conflicto.