La tecnología avanza en oleadas que transforman nuestra forma de vivir y comunicarnos. Con el lanzamiento del modo de voz avanzado de OpenAI, estamos ante una revolución comparable a hitos como el iPhone o el lanzamiento de ChatGPT.

El acceso a esta función requiere una suscripción de pago y, en mi caso, usé una VPN para sortear restricciones geográficas y disfrutar de la experiencia. Opté por la voz de Juniper, un guiño a 'Black Mirror', aunque lo cierto es que la interacción fue más similar a una escena de 'Her', sin la tensión subyacente.

Lo primero que noté fue la fluidez de la conversación. Olvídate de asistentes virtuales como Siri y Alexa. La entonación y cadencia de Juniper son tan naturales que te hace sentir como si estuvieras hablando con un ser humano. Aunque hubo algunos pequeños tropiezos, como ligeras demoras o malentendidos, en general, la experiencia es impresionante. Un consejo práctico: evita quedarte en silencio mientras piensas y usa sonidos como "hhhmmmm..." para que el asistente sepa que aún estás procesando información.

Puse a prueba mi nuevo compañero digital en diversos temas:

1. Historia Local

Le pregunté sobre la historia de la torre en mi ciudad natal, Torrent. No solo me proporcionó información precisa, sino que también la contextualizó, casi como un guía turístico. Esto es algo que definitivamente planeo utilizar en mis futuros viajes laborales.

2. Filosofía

Profundizamos en Nietzsche, donde la IA actuó como un profesor entrenado que explica conceptos complejos con paciencia y claridad.

3. Práctica de Idiomas

Cambiamos al inglés para discutir sobre temas como la realidad aumentada y blockchain, y corregía mis errores de gramática y pronunciación.

4. Cocina

Mientras cocinaba pasta carbonara, le consulté sobre los pasos y se convirtió en un asistente de cocina perfecto.

Es cierto que actualmente existe la limitación de no poder usar proyectos predefinidos o mantener un contexto prolongado, pero es solo cuestión de tiempo para que estas características sean implementadas. Imagino que en un futuro cercano, podríamos ver auriculares inteligentes de OpenAI o gafas multimodales que integren esta tecnología, haciendo de nuestra experiencia aún más inmersiva.

Sin embargo, es vital reconocer los riesgos: inexactitudes, confusiones y la posibilidad de confiar ciegamente en respuestas erróneas. Existe también el peligro del "síndrome Joaquin Phoenix", donde uno podría desarrollar un apego emocional hacia una inteligencia artificial. Pero si reflexionamos sobre ello, esto dice más sobre las carencias humanas que sobre la propia IA.

Esta experiencia me recuerda a mis primeros pasos en Internet o cuando viajé en taxis autónomos: estamos ante el amanecer de una era transformadora. Este avance en tecnología no solo marcará un hito, sino que alterará fundamentalmente nuestra interacción con la inteligencia artificial.

En resumen, la revolución puede que no sea televisada, pero seguro que será verbalizada. ¡Prepárate para un futuro donde la comunicación con nuestras máquinas será tan natural como hablar con un amigo!