
'Homo cosmicus': La imparable carrera de la Ciencia hacia la supervivencia humana en el espacio
2025-03-20
Autor: Marta
"La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no se puede vivir en la cuna para siempre". Esta famosa cita del ingeniero soviético Konstantín Tsiolkovski, conocido como el padre de la astronáutica, resume el profundo deseo humano de explorar más allá de nuestro planeta. Aunque hemos iniciado este viaje con breves misiones a la Luna y estancias en la Estación Espacial Internacional (ISS), existe un obstáculo insuperable: nuestros cuerpos no están diseñados para sobrevivir en el vacío del espacio. De hecho, la evolución humana ha favorecido el caminar erguido, una habilidad que es completamente irrelevante en un entorno de ingravidez.
Además, las largas estancias en el espacio pueden afectar gravemente la salud, como lo evidencian los astronautas Sunita Williams y Butch Wilmore, quienes estuvieron atrapados durante nueve meses en la ISS debido a problemas con la nave Starliner de Boeing. Su travesía culminó exitosamente cuando regresaron a la Tierra en una Crew Dragon de SpaceX, pero resalta el hecho de que las largas misiones son complicadas. Aunque su misión debía durar solo 10 días, esas odiseas son cruciales para aprender cómo sobrellevar y mitigar los efectos de la ingravidez y la radiación en el cuerpo humano.
La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) están a la vanguardia en la búsqueda de soluciones para que la humanidad pueda adaptarse a condiciones espaciales, con el objetivo final de enviar humanos a Marte. Este desafío es mucho más complejo que los históricos viajes a la Luna entre 1969 y 1972 o las estancias en la ISS.
Por ejemplo, aunque los 286 días que pasaron Williams y Wilmore en la ISS pueden parecer un tiempo considerable, otros astronautas han logrado permanecer en el espacio casi un año. Estadísticas revelan que los astronautas rusos tienen el récord de mayor tiempo acumulado en el espacio, como Valeri Poliakov, quien estuvo 437 días en la estación MIR. Un hecho alarmante es que la falta de gravedad y la exposición a radiación presentan peligros muy reales para los astronautas, incluido el riesgo de pérdida de masa ósea, muscular y efectos en la vista y el cerebro.
La investigación médica está dando pasos agigantados. Por ejemplo, Claudia Stern, jefa de Medicina Clínica Aeroespacial en Alemania, destaca que hasta el 70% de los astronautas de larga duración experimentan alteraciones visuales. Esto ilustra la urgencia de desarrollar tecnología que salvaguarde la salud de quienes se aventuran en el espacio. Sensores avanzados y fármacos están siendo diseñados para mitigar los efectos adversos de la microgravedad y la radiación.
La falta de gravedad provoca que los fluidos del cuerpo se redistribuyan, lo que, junto a la exposición prolongada, puede debilitar el corazón y hacer que los astronautas regresen con una condición física similar a la de un paciente en cuidados intensivos. A la vuelta, muchos astronautas enfrentan un largo proceso de recuperación que incluye ejercicios intensivos. Sin embargo, la pérdida de masa ósea es un daño que no se puede revertir completamente, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis.
Los estudios sobre la salud de los astronautas han mejorado gracias a investigaciones innovadoras, como la realizada con los gemelos Scott y Mark Kelly, que proporcionó información valiosa sobre las adaptaciones del cuerpo humano en el espacio. Sin embargo, la incertidumbre sigue siendo un desafío, especialmente cuando se trata de la radiación fuera de la protección del campo magnético terrestre, donde se conocen pocos casos de exposición real.
Un avance reciente en la investigación ha revelado que misiones a Marte podrían causar daños permanentes a los riñones de los astronautas, aumentando el riesgo de formación de cálculos renales. Esto se ha vinculado no solo a la pérdida de masa ósea, sino también a cambios estructurales en los riñones debido a la radiación cósmica. Mientras tanto, en la Tierra, la ESA está llevando a cabo estudios con voluntarios para simular y comprender los efectos de la ingravidez.
El aspecto psicológico de las misiones espaciales también se está investigando activamente. Pasar mucho tiempo lejos de la Tierra y en un ambiente limitado puede causar efectos negativos en la salud mental de los astronautas. Por ello, se están implementando diversas estrategias, desde la creación de pequeños jardines hasta el uso de tecnologías de realidad virtual para ayudar a mitigar el aislamiento y la soledad durante las misiones prolongadas.
La Ciencia está en una carrera contra el tiempo para convertir a la humanidad en Homo cosmicus, un ser que pueda no solo sobrevivir, sino prosperar en el espacio. Con cada nueva misión y cada descubrimiento, nos acercamos un paso más al sueño de colonizar otros planetas y asegurar el futuro de nuestra especie más allá de la Tierra.