El Tribunal Supremo ha tomado una decisión sorprendente en el caso de Álvaro García Ortiz, quien está siendo investigado por un presunto delito de revelación de secretos. El magistrado Ángel Hurtado ha ordenado que las imágenes del registro en la Fiscalía General del Estado del pasado 30 de octubre sean conservadas. Esta acción se hace tras la información recibida por la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF) sobre un curioso incidente donde García Ortiz y su número dos, la teniente fiscal Ángeles Sánchez Conde, fueron vistos manipulando un móvil durante el registro.

Según el informe de la APIF, a las 19:00 horas, mientras la Guardia Civil realizaba la operación, ambos fueron localizados en el salón noble de la Fiscalía, revisando un dispositivo que parecía pertenecer al investigado. Este tipo de comportamientos han suscitado fuertes críticas y denuncias por parte de sus colegas fiscales, quienes lo consideran inaceptable y altamente irregular.

El reclamo de los fiscales es contundente: es inaudito que la fiscal encargada de un caso se reúna con un investigado y analice juntos pruebas cruciales, especialmente sin la presencia de un abogado. A pesar de la gravedad de la situación, hay quienes afirman que las cámaras del edificio no registrarían este momento, ya que las únicas cámaras de seguridad están ubicadas en el exterior para controlar el acceso al inmueble.

Este episodio ha dejado a los agentes de la Guardia Civil sorprendidos por la conducta de Sánchez Conde, quien mostró su descontento con el registro que estaba llevando a cabo el Supremo. A pesar de la colaboración de García Ortiz con la UCO, quienes procedieron a clonar sus dispositivos electrónicos, la teniente fiscal ha denominado desproporcionados los esfuerzos del Tribunal Supremo, lo que podría incrementar las tensiones dentro de la Fiscalía.

Las repercusiones de este escándalo están lejos de finalizar. A medida que la investigación avanza, muchos se preguntan qué más oscuros secretos podrían revelarse y cómo esto impactará en la imagen de la Fiscalía. La presión mediática está aumentando y los ciudadanos están atentos a cada nuevo desarrollo en esta controvertida trama de corrupción y manejo indebido de información.